En este video se puede apreciar a Danny, un niño autista que tiene la rara habilidad de percibir lo que muchos no ven. En éste caso, mientras juega en su triciclo en un hotel donde su padre ha sido contratado como cuidador invernal, junto a su esposa, se topa con los fantasmas de dos pequeñas gemelas que muchos años antes fueron asesinadas por su padre con un hacha.
Ellas se le aparecen a Danny y le dicen:
- Ven Danny..........Ven a jugar con nosotras.......para siempre....para siempre...
Esta escena, y las escenas de la "Mujer de negro" de la serie televisiva de los 80´s "La Hora Marcada", han sido las escenas que mas me han traumatizado desde que era niño.
Pero bueno, una vez visto el video de una de las secuencias más escalofriantes de la película "El resplandor", y aclarando de antemano que este post no es broma, no es burla y no es un juego con un asunto tan serio que paso, narro lo siguiente:
El reloj marca las 12 de la noche. Abandono mi lugar de trabajo para dirigirme al estacionamiento donde me espera el vehículo que me llevará a la taquería que estoy frecuentando ultimamente. Esta taquería, llamada Hermosillo, se encuentra en el área de Satelite, en Ciudad Juárez, donde comunmente pido el plato de tripitas para llevar.
Arranco el vehículo y salgo del estacionamiento. La noche ha caído ya con un manto por demás oscuro. Paso el reten militar que se encuntra de forma permanente a las afueras de mi trabajo. La luna brilla en todo su esplendor, pero es eclipsada en algunos momentos por nubes oscuras que le dan una apariencia tenebrosa.
El camino desde mi trabajo hasta la avenida principal que he de tomar para llegar a la taquería esta en la mas completa penumbra, y las pocas luces rojas de los bares cercanos que todavía atienden a alguno que otro individuo, le dan un aspecto aun mas tétrico a la situación.
Por fin llego al nuevo puente elevado que esta en la intersección de la avenida internacional y Juárez - Porvenir, y doblo a la derecha.
Y entonces sucede.
Con tan solo un foco de luz tenue que alumbra unicamente un pedazo minúsculo de su lúgubre fachada, distingo los contornos del fatídico lugar. De ese lugar que hace algunos meses atras fue testigo de una masacre de las que han sucedido en Ciudad Juárez, y que parecen ser cada vez más y más.
Ese lugar, en donde la pasada temporada decembrina llegaron 8 amigos. 8 compañeros de trabajo que felices celebraban el pago de sus aguinaldos, y eso era motivo suficiente de festejo.
Se había acordado que comerían en otro lugar. Pero quiso el destino que ese restaurant de mariscos, el "Del Mar", fuera el último lugar donde estarían con vida.
Un comando armado entro al lugar, y portando los característicos "cuernos de chivo" se dirigió a donde ellos departian la comida. Abrieron fuego y ni uno solo de los amigos pudo salvarse, quedando el lugar lleno de humo, de gritos, de sangre.
La calle sigue estando oscura. Y yo paso exactamente enfrente del lugar. Y aunque quiero evitarlo, no puedo, algo me atrae la mirada de forma automática. Empiezo a ver de reojo, mientras mi carro avanza, pero siento de pronto que ese tramo, esos pocos metros se vuelven eternos. Sudor frío, manos temblorosas, una punzada recorriendo mi cuerpo y erizando los poros de mi piel, todo en combinación. Ese es el sentimiento que me produce pasar a las 12 de la noche por ese lugar.
Y de pronto imagino que veré en las ventanas del lugar a gente ensangrentada, haciendome señas y diciendome:
- Ven Diesel.....ven a comer con nosotros...... para siempre!