jueves, 5 de diciembre de 2013

APELLIDO VALENCIA.

Algunas veces escuchaba cuando las esposas decían: Soy Fulanita de tal. Usando el apellido del esposo.

Se me hacia una prueba de amor muy bonita. Si algo tenemos en mi familia es el amor y el orgullo por el apellido que poseemos. Podremos ser lo que sea jojojo, pero ese apellido lo llevamos con orgullo, con dignidad y tratamos de representarlo de la mejor manera posible.





Hace algunos años, cuando estaba yo casado, le comentaba a mi ex esposa:

- Oye...por que tu nunca dices... me llamo B... de Valencia? Estamos casados legalmente y es así como bonito no? Que usaras mi apellido, como mi mamá, como mis tías, etc. A todas les dicen: Señora de Valencia...

- B...: Ahh no, yo tengo mis dos apellidos y no soy de nadie! U_U

- Drago: pero... pero... pero...

- B...: No U_U

No volví a insistir, hasta que un día sacó su credencial del IFE y no de muy buena gana, aceptó sustituir su firma, que antes era su nombre completo, ahora agregándole en vez del segundo apellido, la letra "V."


Bueno, algo era algo

Pasado el tiempo y por muchos factores entre nosotros, nos divorciamos, y eso ya no fue necesario. Recobró su nombre completo, aunque por cuestiones de tiempo no ha ido a cambiar su IFE, y cuando firma enseñando su identificación, quiere firmar con su nueva firma, mas estilizada, de soltera, muy "chic", pero invariablemente regresa el mesero, o el encargado y le dice: Disculpe, no se le acepta la firma, puede firmar como en su credencial?



Y es cuando he ido con ella y voltea a verme con cara de: "Hijo de tu %$%"

Jajajaja

Hace mas de un año conocí a una amiga por internet, nos hicimos los mejores amigos, confidentes y posteriormente novios.

Hay muchisimos planes, entre ellos, el más importante, es compartir nuestra vida juntos y formar un pequeño ser mitad de los dos.




Desde el primer momento me dijo:

-Helen: Que bonito apellido tienes, aquí no es común, no lo había escuchado.

Ella es del estado de México.

Cuando fuí a visitarla por primera vez, ella fue la encargada de reservarme el hospedaje en un hotel muy bonito de alla, sin yo pediíselo lo reservó a nombre de "Elena de Valencia"...


Como ella misma me dijo, fue automático, ni siquiera lo pensó... y eso para mi, es de los gestos mas nobles y llenos de amor que alguien pudo haber hecho por mi. Ella no conocía la historia de B...., su renuencia a usar mi apellido, y aun así, lo hizo y me dió otra señal de que las cosas van bien, de que somos el uno para el otro, que ella esta orgullosa de mi, de usar mi apellido, aun siendo novios, y solo espero que toda la familia VALENCIA le de la bienvenida a una miembro más que estoy seguro, sabrá usar y llevar el apellido como todos nosotros lo llevamos, con mucho orgullo.





Saludos!

domingo, 1 de diciembre de 2013

FRIENDS.




Me encontraba en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez cursando los primeros semestres de la carrera de Odontología cuando escuche por primera vez la referencia a una serie norteamericana llamada “Friends”.



Casualmente salió a la plática cuando mi mejor amigo de ese entonces, Fernando Garcidueñas, comentó que a una compañera de Él, de nombre María Elena Morales, le gustaba demasiado esa serie norteamericana.



Fernando no lo sabía, pero María Elena había sido uno de mis primeros amores platónicos cuando llegue a la ciudad proveniente de Tamaulipas. Ahora ella estaba en la Universidad, junto con Fernando, estudiando para ser Ingeniero en Sistemas Computacionales, pero yo la conocí mucho antes, cuando ambos estuvimos en el primero año de secundaria, en la famosa en ese entonces Secundaria Estatal 2 de Ciudad Juárez.

En ese entonces padecía cierta carga de estrés ocasionada por el acoso de mis compañeros, lo que ahora se conoce como bullyng, y eran pocas las alegrías que podía yo tener en esa etapa de mi vida, una de ellas era María Elena. De carácter amigable a veces, de esbelta figura, cabello recogido siempre en un chongo, de una inteligencia sobresaliente y de un hermoso “seseo” de las palabras que la hacían sonar como “Eshpañola”, rápidamente había captado mi atención de entre todo el grupo.




Así que fui el clásico “niño que le jalaba la trenza a la niña de la banca de enfrente para llamar su atención”. No sabía cómo comportarme ante ella, así que la molestaba disimuladamente y ella al mismo tiempo, también hacia lo mismo conmigo.





Épicas fueron nuestras apuestas, donde me daba 1000 pesos (De ese entonces, lo que hoy equivaldría aproximadamente a unos 10 pesos) delante de todo el salón, si me comía yo un sobre completo de chile en polvo que era muy famoso en ese entonces en la tiendita escolar o cooperativa. O la vez que me dio otros 1000 pesos por comerme una cucharada completa de un bote de sal que llevamos un día para una práctica en el laboratorio de Química.



Para que les cuento al siguiente día como me iba, pero lo importante es que ella y yo teníamos “algo”, un “no sé qué, que, que se yo” que era una especie de vinculo, algo que “odiándonos” nos hacia tenernos en el mapa el uno al otro.

Era el “no tolerarnos”, el ser “enemigos”, el pasar por los pasillos de la secundaria y al vernos entrecerrar los ojos en señal de: “te estoy vigilando enemigo”, cuando en realidad yo estaba enamorado de ella, y de haber padecido alguna contrariedad, yo la hubiera ayudado sin dudarlo ni un momento. Estuvimos siempre a un paso de serlo todo, y como siempre en algunos momentos de todas la personas, pasamos por el mundo sin ser nada.



El siguiente año nos cambiaron de salón e igual sucedió en el último año de 3 que comprendía el rol escolar de secundaria.

En la preparatoria entramos de nuevo a la misma escuela, el Colegio de Bachilleres 5, pero a ella le toco en el turno matutino y a mí en el vespertino, y solo la volví a ver (de lejos) cuando iba a visitar a mi amigo Fernando a su instituto de Ingeniería y Tecnología de la Universidad, pues yo estaba en el Instituto de Ciencias Biomédicas, como ya lo mencioné, estudiando Odontología.

Empecé tiempo después, a observar la mencionada serie Friends, que a grandes rasgos es la serie que trata sobre un grupo de 6 amigos de Nueva York, 3 hombres y 3 mujeres que interaccionan entre sí en situaciones chuscas y cotidianas. Es una serie que creo que no solo para mí, sino para muchas personas, represento un “parte aguas” en su vida. Mi vida puede decirse que es una antes de Friends y otra después de Friends.




Antes de Friends yo era solitario, introspectivo, nada social, serio, etc. Todo eso se lo atribuí al bullyng que sufrí en la secundaria, como ya lo mencione. Desconfiaba de la gente, no sabía entablar una conversación y rehuía a las amistades.




Después de Friends, de ver sus capítulos una y otra vez, me aprendí casi, casi todos los diálogos, las bromas, los chistes, y empecé a usarlos en mi vida diaria, sacándole la sonrisa a alguien.

Luego los modificaba un poco haciéndolos más acorde con mi vida o con “X” situación que se me presentara. Y más aun, después yo me “inventaba” mis propios diálogos o chistes “estilo Friends”, y eso redundo en una mayor aceptación primero de mi mismo, y luego de los demás hacia mí, era el “chistosito”, el “chistín”, el “simplón”, “el que comió payaso”, etc.




La serie no solo sacó una personalidad en mi que yo no conocía, sino que vi la vida por mucho tiempo a través de sus personajes: sufrí con ellos la constante ruptura y reconciliación de Ross y Rachel (la pareja más recurrente y famosa de la serie), llore cuando estuvieron juntos por primera vez, cuando rompieron, cuando ella se dio cuenta por medio de un video de muchísimos años antes lo que él había hecho por ella y que ella desconocía.

 Después el d
istanciamiento que hubo entre los personajes después de varias temporadas, y como al final, precisamente en el capítulo final, descubren que siempre se estuvieron enamorados uno del otro y regresan para quedarse juntos para siempre.



En definitiva, se que lo mío y María Elena pudo haber sido algo muy bello, una historia como de Friends, como de Ross y Rachel. Las cosas no sucedieron y me quedo el gusto al menos de compartir algo con ella, nuestro gusto por esta serie que no me canso nunca de volver a ver, y que de hecho tengo todos los capítulos.




Y aun así, cuando pasan alguno en la tele lo vuelvo a ver, no importa que ya me sepa los diálogos, las bromas y lo que va a pasar, es ese el momento donde me “desconecto del mundo”, donde estoy yo ahí con esos “amigos” de Nueva York, ya sea en el apartamento de Mónica o en el Café “Central Perk”, donde transcurren la mayoría de las situaciones.




Friends me dejo grandes recuerdos, gracias a esa serie pude ser otra persona y dejar atrás un pasado que me lastimaba, me dejo muchos amigos, y los que sigo haciendo también. Así que solo tengo agradecimientos para los escritores, productores, y sobre todo, para esos 6 actores que marcaron mi adolescencia y mi vida adulta… Gracias por siempre F.R.I.E.N.D.S….




Saludos!