viernes, 30 de julio de 2010

4 HISTORIAS CORTAS, O CUANDO EL DESTINO NOS DEPARA ALGO.

EL AMOR SIEMPRE TRIUNFA.

Miguel era un taxista de una ciudad pequeña del norte del país en los años 50´s. Su vida se iba entre viajes y recorridos por toda la pequeña ciudad y sus alrededores.




En cierta ocasión subió un señor de edad adulta, junto con quien parecía ser su hija. Una muchacha joven y hermosa del cual el quedo prendado desde el primer momento.

- Llévenos al Ejido “El caimán” - le pidió el anciano.

El caimán era una ranchería entre la sierra alejado quizás a una media hora la de la ciudad. Partieron rumbo a ese ejido, utilizando la carretera y después un pequeño camino de terracería entre el monte para por fin dejarlos en su destino.

Entre Miguel y la muchacha de nombre Paula se creó un lazo de atracción, que ocasiono que Miguel fuera después, en varias ocasiones, a visitar a Paula. La época y las costumbres de ese entonces no permitían un noviazgo “normal”, y cada vez que Miguel iba a visitar a Paula con intensión de platicar, tenía que platicar con ella y con TODOS los hermanitos y hermanitas de Paula, quienes hacían las veces de “Chaperones”.
Cierto día al irse del rancho después de visitar a su “novia” empezó a tomar el camino de terracería que lo llevaría a la carretera y después a su ciudad. Cuando había avanzado algunos metros se encontró con una persona humildemente vestida.



- Persona: Camarada, no puede pasar, tome mejor está desviación y váyase por otro lado.

- Miguel: Pero por qué? Qué pasa?

- Persona: Lo están esperando para “venadearlo” (Matarlo) más adelante. Esta gente del rancho es muy cerrada y no aceptan que alguien como usted, que no es de aquí del Ejido, sino de la ciudad, venga y se lleve a alguna de “sus mujeres”.

Miguel le agradeció la información, y tomo la desviación que le mencionaba la persona. Llego sano y salvo a la carretera y a la ciudad.

Dejo enfriar un tiempo la situación y volvió a ir a ver a Paula.

Nuevamente de regreso a la ciudad se encontró con la misma persona.

- Persona: Esta vez están en los dos caminos, y están muy enojados porque se les pelo la otra vez. Mejor regrésese.

Así lo hizo Miguel y consiguió hablar con Paula a solas. Le dijo que lo siguiera a la ciudad, allá se casarían, y que se irían en la madrugada. El mientras tanto se esperaría escondido en su taxi entre el monte. A la hora señalada fue por ella a pie, y huyeron con unas pocas pertenencias de Paula. Subieron al taxi y se enfilaron por el camino de terracería a toda velocidad, perdiéndose en la quietud de la noche hasta llegar a la carretera y de ahí a la pequeña ciudad.


UN JUEGO PELIGROSO.

Las “bases” formadas con pedazos de cartón estaban llenas. Era el turno de el al bat. El pitcher tomo la pequeña bola de goma y la lanzo hacia donde él con un gran movimiento de brazos logro conectarla y mandarla lejos, al fondo de ese terreno que les servía de campo de beisbol.

Estaba en el norte de Veracruz, donde su padre trabajaba en las milpas y en bases petroleras de PEMEX.


Las bases se empezaban a vaciar, gracias a su “imparable”, pero la bola ya venía de regreso de mano en mano de los demás jugadores del equipo contrario. Y el pequeño de 12 años decidió “barrerse” para llegar a la tercera base sin ser “ponchado”.


El no alcanzo a ver la tapa de lata oxidada que estaba en el camino a la base y se tiro para barrerse, raspando una parte lateral de su pierna con el viejo cacharro de metal oxidado. Empezó a sangrar, pero el juego estaba muy bueno, que simplemente se limpio la sangre y decidió continuar.


Al llegar a su casa, oculto el hecho a sus padres. Quienes solamente se dieron cuenta de que se había cortado cuando su pequeño hijo empezó a tener dolor en todo el cuerpo, fiebres altas y una semirigidez que se había apoderado de sus extremidades.


- Doctor: Tiene principios de tétanos.

Lo pensaron bien y la mejor idea era llevarlo con sus parientes en el norte. La milpa ya no estaba dejando dinero y decidieron emigrar para atender bien a su hijo en una ciudad con un hospital mejor. Así que tomaron sus cosas, a su hijo enfermo, a sus otros dos hijos, y partieron rumbo al norte.


UN TERRIBLE ACCIDENTE.

Martha estaba muy contenta. Al día siguiente emprendería un viaje al centro del país, al Distrito Federal a continuar sus estudios, en la casa de unos parientes.

No quería irse de la ciudad donde había vivido los primeros años de su vida sin comer por última vez los ricos elotes del “estadio”. Un área deportiva con canchas de futbol, basquetbol y estadio de futbol y beisbol donde en las tardes se reunían vendedores de diferentes productos para ofertarlos entre la gente que salía a un momento de recreación.


Iba Martha camino al estadio por ese elote junto a un pariente en un auto, cuando debido al piso mojado por la lluvia que se había presentado horas antes, derraparon impactándose contra un poste, tocándole la peor parte a Martha, que sufrió un fuerte golpe en la espalda que la dejo semi paralítica.

El viaje al Distrito Federal se cancelaba y quedaba la incógnita de si Martha volvería a caminar alguna vez.


EL FINAL Y EL PRINCIPIO DE TODO.

Con el tiempo Miguel y Paula se casaron y formaron una bonita familia junto con 8 hijos. Una de esas hijas, Martha tuvo años después de nacida un accidente que la había tenido al borde de la invalidez, justo un día antes de irse a la Ciudad de México a estudiar.


El viaje ya no fue realizado, pero afortunadamente poco a poco Martha se había ido recuperando del accidente. Ya caminaba y ayudaba a su madre en las labores del hogar.

Cierto día que su madre la mando a un encargo conoció a un muchacho que le llamo la atención. Era el encargado de una tienda a una cuadra de su casa. Las idas a la tienda eran constantes, que se hicieron amigos.

Él le conto como de pequeño había estado a punto de morir de una infección de Tétanos, y como por esa situación había emigrado junto con sus padres de Veracruz a Tamaulipas, estableciéndose en esa ciudad. Ciudad Victoria.


La amistad se convirtió en amor y tiempo después, como resultado de ese amor entre jóvenes ella quedo embarazada.


El de principio no deseaba el embarazo de ella, pero después entendió la situación y pidió su mano, para casarse y así, tiempo después nacería un pequeño que vendría a complementar sus vidas. Decidieron ponerle el mismo nombre que él, y así seria registrado el pequeño Diesel Armani, un día de tantos del año 1977.


FIN.


Es increíble como los hechos o situaciones mas triviales ocasionan cambios que repercuten en nuestras vidas. Si mi abuelo no hubiera llevado a mi abuelita aquella vez, si no se la hubiera raptado, si mi padre no se hubiera cortado con aquel pedazo de metal oxidado, si mi madre no hubiera ido aquella vez por un elote, sin nada de eso, yo no estaría aquí.

Así pasa con muchos de ustedes. Por cualquier motivo pudieron no haber nacido o simplemente nuestros caminos no se hubieran cruzado.


Es un milagro de la vida que dos personas existan, y un milagro mucho más grande que dos personas se conozcan. Cuantas personas no nos habremos cruzado en el camino y las vemos partir de largo, sin saber si quizás alguna de ellas hubiera hecho cambios en nuestras vidas, ya sean para bien o para mal.

Gracias a todos mis amigos, por alguna vez haberse cruzado en mi camino. A los que están. A los que se fueron. Alguna casualidad del destino nos hizo encontrarnos y tengan la seguridad de que siempre los recordare. Y a los que todavía siguen aquí, pues estamos en contacto!


Ahora que veo un señor vendiendo elotes o una lamina oxidada me pongo a pensar en cuántas vidas no cambiaran esos pequeños elementos que ocasionaron que yo estuviera aquí. En fin, ya empiezo a divagar jajaja.

Saludos!

lunes, 26 de julio de 2010

OTRA HISTORIA QUE EMPIEZA EN UNA COSA Y TERMINA EN OTRA.

El viejo buró de color marrón estaba en el cuarto que alguna vez había pertenecido a mi tío. Yo vivía ahora en esa casa de mis abuelos, mientras mi padre lograba construir un patrimonio para mi madre, mis hermanos y para mí, en una ciudad a varios cientos de kilómetros más al norte de mi natal Ciudad Victoria.



Era la casa amplia, con tres recamaras y dos baños, una sala donde los muebles cubiertos por sabanas nos recibían a mis primos y a mi mientras veíamos las caricaturas.



El patio era lo mejor de todo, con un pasto hermosamente cuidado. Una banqueta con varias macetas que contenían lirios y tulipanes de diferentes colores. Dos naranjos en medio del pasto nos daban excelente sombra y en primavera un espectáculo de flores blancas que emanaban un perfume exquisito que llenaba todo el ambiente, mientras que en otoño los frutos que nos regalaban esos dos naranjos servían de golosina, no solo para nosotros, sino para muchas aves de diferentes especies que se detenían a picotear alguna que otra naranja.


Más atrás, unos árboles de mango pendían de sus ramas sus amarillentos frutos, cuyo peso hacían que colgaran las ramas casi hasta el piso. Las flores de mi abuelita estaban sembradas en un área de tierra negra, de la mejor calidad, que si aventábamos alguna semilla ahí, en una semana ya estaba echando brotes. Rosales, geranios, cuna de Moisés, gladiolas, todas éstas flores conviviendo en perfecta armonía junto al viejo árbol de limones, era un espectáculo para el que pasaba a cualquier hora del día por la calle sin pavimentar que se localizaba enfrente de la casa de mis abuelos. Así era la casa en la que viví los primeros años de mi vida y en la cual fui inmensamente feliz.



En el cuarto que había dejado mi tío (antes de irse a trabajar también junto a mi papa en una empresa en Reynosa), y justo debajo del mantel tejido por mi abuela, y del florero que contenía una rosa artificial color azul, se encontraba ese pequeño buro de 2 cajones, en uno de los cuales me encontré muchísimas cartas.



- Diesel: Abuelita, de quien son esas cartas?

- Abuelita: Son de tu tío Ramiro. Se las mandaba una amiga por correspondencia.

Las empecé a ver una por una, por fuera claro. Desde pequeño me habían enseñado a no leer las cartas o recados ajenos.

- Diesel: De Puerto Rico???! Ohhh.



A pesar de tener algunos 8 ó 9 años, ya sabía que eso debía de estar muy, muy lejos.

12 AÑOS DESPUÉS…

Ya viviendo en Ciudad Juárez, y teniendo una afición por unas caricaturas llamadas “Los Simpson”, fue una alegría saber que acababan de empezar a vender una revista llamada “Simpsons Comic”.


Compre el primer número de la revista, y aunque no eran tan graciosas como ver la caricatura, si fueron lo suficientemente entretenidas para empezar a coleccionarlas.

En cierto número, creo que el 17, apareció al final de la revista, en una hoja extra, algo así como: El club de la amistad de los Simpsons.

Era este club de la amistad, un apartado donde varios fans de los Simpsons habían mandado su dirección a la editorial encargada de publicar la revista y dichas direcciones aparecían ahora, para que cualquiera les pudiera escribir y mantener una amistad así, por correspondencia.

Rápidamente vino a mi mente el recuerdo de aquellas cartas que había recibido mi tío de su amiga de Puerto Rico y decidí de pronto yo también imitarlo y me puse a ver las direcciones. Venían varias direcciones de personas del país, pero de pronto algo llamo mi atención. En un apartado venían las direcciones de 3 amigas chilenas, chilenas! De ciudad Viña del Mar.



Una ciudad que yo ya había escuchado que tenían un festival muy famoso. Las 3 tenían la misma dirección, pero no los mismos apellidos, así que supuse que eran amigas y no hermanas. No sabía a cuál de ellas dirigirme, así que escogí al azar.

- Diesel: Carolina Basso… Me gusta el apellido, Basso.

Y así, a al día siguiente ya tenía una carta para Carolina Basso de Viña del Mar, Chile.

En ella le decía algo así como: Buenos Días, me llamo tal, vivo en tal ciudad, soy fan de los Simpsons y me gustaría que fuéramos amigos, saludos!
Claro, un poquito más explayado, pero en esencia eso era lo que le decía.

Pasaron algunos dos meses cuando de pronto me habla mi madre, había llegado el cartero y tenía carta… de Chile!!

Me decía que mucho gusto, que le encantaba mi país. Que ella era ecuatoriana, pero por motivos de trabajo de su papa se había mudado a Chile. Me conto de ella, me mando un dibujo de Taz, pues así le decían. Me mando algunos dulces de allá, no típicos, sino comerciales, como si yo le mandara chicles totito, o tix tix y un bote de Lucas.


Le conteste de inmediato y leía y releía mi cartita. Me dio un gusto enorme. Fui y deje de nuevo la carta, un poco pachoncita pues le había puesto yo también dulces de acá de Juaritos, le hice yo también un dibujo de Candy Candy, una caricatura japonesa ambientada en los años 1900 -1918 y cuyo doblaje corrió a cargo de persona… chilenas!

De nueva cuenta, serian alrededor de dos meses cuando de nuevo recibí carta de Carolina. Además de contarme más cosas de ella y de mandarme algunas tarjetas de caricaturas, me mando su “correo electrónico” para que nos pudiéramos comunicar más rápido, y su teléfono.

Correo electrónico??? Qué es eso? Pensé. Fuí con unos amigos de ese entonces que habían entrado a estudiar ingeniería en sistemas, y me explicaron que correo electrónico era una especie de página de internet desde donde se podían enviar cartas de manera rápida y eficaz, sin la espera de tantos días. Les pedí que me consiguieran uno y así obtuve mi primer correo electrónico. En ese entonces aun no era muy famoso Hotmail y yahoo mail, menos. Mi primer correo fue de una compañía que ignoro si exista aun llamada www.gratismail.com.

Empecé a mandarle a Carolina correos, pero el servicio aun con que era rápido, dejaba mucho que desear, además el internet en ese entonces era lentiiiiiiiiiiiiiiiiisimo. Y mis amigos me propusieron conseguirme otro correo de una compañía que estaba poniéndose de moda en ese entonces, llamado Hotmail.


No, no! Pensé. Eso de “Hot” suena a porno, que pena, no, no. Pero ps me dijeron que no era nada malo, y que todos tenían ya ese mentado “Hotmail”, que resulto ser un poco mejor que gratis mail, y así nació mi primera cuenta en Hotmail, que aun recuerdo la cuenta, pero no el Password, por lo que esa primera cuenta la perdí, la cuenta era: Pollito_ninja@hotmail.com
Que de donde saque ese nombre? De un chiste que era mi “chiste de batalla” para romper el hielo.

El chiste no era en si un chiste, era una adivinanza: Que es amarillo por dentro y negro por fuera? Un pollito ninja. Jejeje, Si, estaba simplón pero me dio muy buenos resultados.

Aunque ahora la comunicación con Carolina era más rápida, aun así no lo era tanto, pues yo no tenía internet.

En la universidad yo estudiaba medicina, y en ese entonces el internet era casi exclusivo de las carreras de ingeniero en sistemas, por lo que el único momento que yo tenía para accesar al internet era cuando mi amigos estudiantes de ingeniero en sistemas, me “metían de contrabando” al centro de computo de IIT (Instituto de Ingeniería y Tecnología) de la UACJ, y estaba yo ahí con el nervio de que me descubrieran que no era de sistemas y me sacaran.

Después de uno o dos meses, di el siguiente paso. Agarrando valor, le llame una noche alrededor de 5 minutos, solamente para saludarla y escuchar su voz. No lo podía creer, su voz era preciosa, tenía un acento entre argentino y “uruguasho”, y hablaba así como hablan los chilenos, como si estuvieran “mormados”.



No le volví a hablar, sino hasta que llego el recibo y vi cuanto costaba cada minuto. La respuesta llego con la noticia de que tenía una llamada a Chile por 5 minutos a un costo de $50 pesos. 10 pesos el minuto? En ese tiempo yo sin trabajo ni nada. Pero bueno, mi papá me seguía dando dinero por semana y de ahí saldría para pagar la llamada.

En cierta ocasión sucedió.

Le marqué con un reloj al lado para ver cuánto tiempo me aventaba en la llamada.

Su voz me hipnotizaba, le preguntaba cualquier cosa, con tal de que me respondiera y pudiera yo escucharla.

- Carolina: No querés colgar sha? Mirá que te va a salir caro.

- Diesel: Nombre, tu “seguíle”, víste? Que no pasa nada (Yo también dizque hablando argentino jajaja).

- Carolina: Vale, pero cuando querás cortar la “shamada” me decís.

Y así me fui, que otro minutito, que no, que mejor otros 5 minutitos y otros 5 minutitos, y esos 5 minutitos fueron 140 minutitos!! 2 horas con 20 minutos en una llamada internacional a Chile.



No ps ya valió, pensé cuando colgué. Pero no me arrepentía, me había gustado tanto hablar con ella que valía la pena el desafío de ver cómo le iba a hacer ahora para pagar la cuenta telefónica.

Al mes, yo estaba al pendiente del cartero, quería tener el recibo antes que mi madre. Un día llego el recibo. Rompí el sobre de Telmex y lo que me sospechaba: $1600 de teléfono, $200 de lo que normalmente se pagaba, y $1400 pesos de una llamada de 2 horas 20 minutos a Viña del Mar, Chile.

Chale, ps a conseguir el dinero. Lo primero que hice fue buscar en el periódico algún empleo, pero todos necesitaban experiencia previa y yo no había trabajado antes en nada, pues como comentaba en post anteriores, mi padre nunca me había dejado trabajar.



Cierto día pasando por las afueras de Wal-Mart, que estaba cerca de donde yo vivía, note que una manta mencionaba que se solicitaban empleados de piso para sus diferentes departamentos. Fui a presentar los exámenes y así quede, para empleado de juguetería. El sueldo como se imaginaran, no era mucho, además estaba el hecho de que el pago era por quincena, y yo necesitaba el dinero con urgencia.

Decidí al mismo tiempo buscar otro trabajo, así que de nueva cuenta compre el periódico. Esta vez me llamo la atención un anuncio que decía más o menos así:

"Necesitas Dinero? Ven y dona plasma en El Paso, Texas. 40 dólares para donantes nuevos y 20 dólares para donantes asiduos. Hasta 3 donaciones por semana”.

Ps de aquí soy, pensé. Tome un videojuego que tenia pensado empeñar en una casa de empeño del otro lado, para aprovechar la ida, y me fui con mi hermano Carlos, pues estaba nervioso por lo de la inyección que me tendrían que poner para extraer mi plasma.

Cruzamos y nos dirigimos al lado de Zaragoza en el Paso,Tx, donde estaban ubicadas muchas casas de empeño. Llegamos y preguntamos en varias, pero siendo que el videojuego le había costado 200 dólares a mi papa, y que los prestamistas nos daban 8 dólares solamente, se nos hizo un robo y claro que no lo empeñamos.

Así que el siguiente paso era ir a la calle Copia con otra que la verdad no recuerdo, a donar mi plasma y tener al menos esos 40 dólares para darle un “abonillo” a mi madre por lo de la cuenta del teléfono.

Llegamos a un pequeño edificio con estacionamiento a un costado, donde dejamos el auto. Entramos al local y era como una sala de espera. Donde alrededor de unas 20 personas estaban platicando sentados en sillas, leyendo el periódico otros.

Al fondo estaba una ventanilla tipo banco, con cajera y toda la cosa. En otro lado, al fondo de un pequeño pasillo estaba una puerta con el letrero de “Doctor”.

Le pregunte a una de las personas que estaba sentadas que como estaba el rollo.

- Ve ahí y te anotas con la señorita de la ventanilla, luego ellos te llaman y te pasan al cuarto de al lado.



Fuí y me apunte y le pregunte como estaba el rollo.

- Señorita: Es tu primera vez?

- Diesel: Si, que es lo que hay que hacer o que?

- Señorita: Mira, lo que se hace es te insertamos una aguja con una pequeña manguera que se conecta a una centrifuga. Ahí pasa tu sangre y se le da vueltas para que se separe en hematocrito (glóbulos rojos, blancos, plaquetas, etc.) y plasma, que es la parte líquida de la sangre. Se te regresan tus glóbulos y plaquetas y se te vuelve a sacar más sangre así conectado y se vuelve a hacer el mismo procedimiento. Todo el proceso se tarda aproximadamente 1 hora.

- Diesel: Una hora con la aguja en mi brazo???

- Señorita: Así es, mira pásale acá al cuarto de al lado para que veas como es.

Pase y era un cuarto como con muchos sillones como los de los dentistas, todos con pacientes o donadores acostados, y con una manguera en el brazo conectado a un aparato que estaba dando vueltas.

Se me acerca una señorita vestida con uniforme de medico y me enseña una aguja con manguerita, todavía empaquetadas.

- Mira esta es la aguja que se te pondrá.


Nombre, para que les cuento. Era la aguja mas grande que había visto en mi vida! Era para inyectar caballos o que rollo???

Empecé a ver todo negro, y a sentir que la presión se me bajaba.

- Señorita: Que tienes? Te pusiste blanco.

Yo no podía contestar, disimuladamente estaba viendo el piso a ver donde podía caer, porque estaba seguro que iba a azotar de la impresión :S

- Señorita: A ver, espérate, sal a la sala de espera y dile a la de la ventanilla que te de un jugo, como que se te bajo la presión. Te lo tomas y cuando te sientas bien me dices y pasas de nuevo.

Salí e hice lo que me indicaron. Me dieron un juguito de naranja en una latita.



- Mi carnal: Que te paso???

- Diesel: Ps no manches! Inche agujón!! Ya no quierooooo!

- Mi carnal: Pero ps ya estamos aquí, ya te apuntaron en la lista.

Me puse a pensar que hacer. Si irme así silbando muy despistadito, o si de plano salir corriendo y dejar mi silueta marcada en la pared como en las caricaturas :S

- Señorita: Ya? Ya se siente mejor?

- Diesel: Estemm… quien dice eso?? No veo nada, veo todo negro. :S

- Señorita: Ok, espérese otro rato y cuando esté listo me dice.

Estaba viendo a ver si había algún ducto por donde escapar, cuando vi una cartulina con “Inconvenientes para donar”.

Empecé a leer: Haber sufrido un ataque cardiaco, tener un mal coronario, tener tatuajes, haber padecido una enfermedad venérea, en el caso de los hombres tener perforaciones (sin albur), haber ingerido alcohol 72 horas antes, consumir drogas, tener algún tipo de arritmia, ser obeso, haber donado sangre…

Arritmia?? (Me cayo el veinte) Ps yo tuve una arritmia hacia algunos años.
Me levantó y voy con la señorita:

- Diesel: Oiga este, ps yo tuve una arritmia hace algunos años.

- Señorita: De verdad?

- Diesel: Ps sí.

- Señorita: A ver pásele con la doctora al fondo del pasillo.



Toque y entre al consultorio, explicándole a la doctora que años atrás yo había tenido una arritmia.

- Que no se pueda, que no se pueda, me puse a rezar.

- Doctora: Híjole pues sabe que joven? Así no puede donar plasma.

- Pensando: Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!! De aquí soy!!!

- Diesel: Pero… pero por qué??

- Doctora: Es una de las causantes para no donar, porque si la tuvo puede regresar la arritmia o si tiene pues complicarse, y puede ocasionarle un mal mientras esta donando, y eso representaría un daño para usted y una demanda segura para nosotros.

Ya la había librado. Pero para hacerlo mas creíble, me dispuse a presentar mi mejor actuación en la vida jejeje.



- Diesel: Pero, no me diga eso, tengo que donar! Necesito el dinero. Deme chance.

- Doctora: No, lo siento, no se puede.

- Diesel: Pero… Les firmo algo! Lo que se, que yo autorizo, no me pueden hacer eso, vine de tan lejos solo a eso, en verdad necesito el dinero.

- Doctora: Pues no sé, si quieres firmas una excluyente de responsiva, tal vez…

- Pensando: Cállate we y ya vete!

- Diesel: Este… Pues por otro lado…. Si usted dice que puede hacernos mal a los dos, ps osea que necesidad :S verdad, para que anda uno de aferrado.

- Doctora: Si, mejor no.

- Diesel: (poniendo carilla de perro regañado) Pues… gracias de todos modos… al menos… lo intente.

- Doctora: De nada y pues lo siento mucho.

Salí y me siguió mi hermano a la salida.

- Mi carnal: Que paso??

- Diesel: Ahorita te digo, pero córrele, antes de que se arrepientan!

Salimos y nos subimos a mi auto y arrancamos, y no pare ni me sentí seguro hasta que cruce el puente internacional de regreso a México.



Me quedaba aun la deuda, pero al menos mi bracito seguía intacto :S
Tomando valor y una decisión de hombre adulto… le llame a mi tío Ramiro, aquel de las cartas y le pedí el dinero prestado, dinero que me envío desde Tamaulipas de inmediato y le entregue a mi madre junto con mi primer sueldo de Wal-Mart. La llamada de 2 horas 20 minutos estaba pagada.

No me había fijado como lo que me motivo a tener la amistad con mi amiga chilena fue el saber que mi tío había tenido una amistad con una amiga muchos años atrás, y ahora era él precisamente el que me sacaba del problema.

El dinero nunca me lo cobro mi tío, incluso una vez me dio más dinero jejeje. Carolina se hizo mi cibernovia. Aprendí la lección y solamente le llamada cuando compraba una tarjeta telefónica y de un público (aunque eran solo 4 ó 5 minutos).

Pero esas, como siempre queridos y amables 2 ó 3 lectores, son otras historias.

Saludos!!

miércoles, 21 de julio de 2010

DOS HISTORIAS DE NAPOLEÓN.

COMPAÑIA A MEDIA NOCHE.

Napoleón vivía en una ranchería en el norte del estado de Veracruz. Entre milpas y parcelas, entre diferentes tipos de arboles, de hierbas, de montes. Cultivaba la tierra para subsistir y poder dar algo de sustento económico a su familia.



Era pues, justo y necesario que un día de la semana se juntara a las 10 de la noche a departir con sus amigos. Juegos de carta, de cubilete, cualquier pretexto era bueno para consumir algunas cervezas con sus amigos en alguna casita de alguno de ellos.

Cierta vez, terminando de jugar baraja en casa de uno de sus amigos, se despidió de ellos. Serían alrededor de las 12 de la noche y emprendió el camino de retirada, entre el monte, por un camino rural por el que tenía que transitar varios kilometros, entre la hierba que se enredaba en sus pies, para poder llegar a su humilde hogar.


En esos campos veracruzanos, solo la luz de la luna iluminaba esa noche, cuando de pronto, una silueta adelante del camino por el que el transitaba le llamo la atención.

Viéndolo bien, noto que era un perro negro, uno un poco más grande de lo normal.




Conforme se fue acercando Napoleón, el perro emprendió su marcha, alejándose algunos metros más adelante para luego detenerse. Entonces de nueva cuenta al irse acercando Napoleón al perro, éste volvía a ponerse en movimiento, adelantándose algunos metros más y esperando que llegara nuevamente Napoleón para volver a levantarse y caminar.

Así estuvieron por mucho rato, cuando de pronto Napoleón, llego a una carretera, y exactamente al tramo donde días antes se había presentado un accidente con víctimas mortales.



El perro ya no apareció en ese punto, y el resto del camino hasta su casa lo hizo Napoleón en solitario.

- Era el diablo - Le comentaron después – Así se aparece por estos lugares tomando la forma de alguna animal. A veces es perro, otras coyote, o un caballo negro.



Napoleón no dejo sus idas a los juegos, y sin embargo nunca volvió a ver al perro negro que aquella noche le hizo compañía.



EN LA QUIETUD DE LA NOCHE.

El trabajo era escaso, la milpa no estaba dejando lo suficiente y la manutención de 3 hijos requería de un segundo empleo para Napoleón.

Haciéndole caso a un compadre suyo, se contrato de velador en una construcción que se estaba realizando en el pueblo. Dicha construcción no era otra cosa que la remodelación de una antigua cantina que había permanecido cerrada por algún tiempo.



Se despidió Napoleón de su esposa y emprendió el camino hasta s nuevo trabajo.

Despidiéndose del último trabajador, Napoleón reviso el lugar de cabo a rabo, cerró las puertas del lugar y coloco un candado para asegurarse que nadie más entrara a ese lugar, sino hasta el día siguiente que volverían los albañiles.

Tendió un petate (especie de cobija hecha de fibras de palma entrelazada) en el piso del salón y se acostó, mientras se fumaba un cigarrillo y sus pensamientos salían a flote, a la luz de un quinqué o lámpara de petróleo.
Después de algunas horas y de dar un ultimo recorrido por la construcción, apago la lámpara y cubriéndose con una sabana, se dispuso a dormir.

Habrían pasado algunos minutos cuando escucho claramente que algunas vigas de madera, de la que tenían apilada los albañiles, se deslizaba.



Encendió la luz de la lámpara de petróleo, esperando ver a algunos ladrones que pretendieran robarse la madera.

Pero no, la pila de madera estaba intacta como el la había visto antes. Dio un recorrido por la antigua cantina y nada, no encontró nada.

Volvió a acostarse y a apagar la luz, cuando de pronto otra vez escucho el sonido de las maderas siendo arrastradas.


Volvió a encender la luz y de nueva cuenta no observo nada fuera de lo normal.

Apago la luz nuevamente para volver a escuchar el sonido que anteriormente lo había hecho levantarse, pero esta vez ya no se inmuto, se cubrió totalmente con la cobija y así paso la noche, entre ruidos extraños que hacían creer que la madera apilada en tablas, era deslizada de un lado a otro.

Al día siguiente, corroboro que la madera seguía intacta en su lugar.

Llegaron los primeros albañiles y fue a abrirles. Llego también el contratista que le había ofrecido el puesto de velador.

- Napoleón: Sabes? Anoche se estuvieron oyendo ruidos, como que alguien movía la madera que esta almacenada dentro, pero prendía la luz y no había nada, todo normal.

El contratista no parecía sorprendido, y hasta esbozo una leve sonrisa.

- Contratista: Si, no es la primera vez que pasa. También el velador que estaba antes que tu me dijo esto. Lo que pasa y que no te dije para que no te asustaras, es que en ese lugar, antes, cuando era cantina, llego la esposa de un individuo que tenía amoríos con una mesera del lugar, matándola a ella a balazos ahí mismo.



Napoleón se sorprendió, pero necesitaba el trabajo y volvió los siguientes días, siguiendo escuchando algunas veces la madera moviéndose, o el sonido de vasos de vidrio, o incluso una música leve de fondo.


Esas dos historias, y muchas más, me contó Napoleón Armani, mi abuelo paterno, en las noches en que me iba a dormir a casa de él y de mi abuelita, donde yo compartía el cuarto con él y la súplica al momento de estar listos para dormir era la misma:

- Diesel: Cuéntame una historia abuelito!



Saludos!!

viernes, 16 de julio de 2010

"TOSCA".

Nunca había tenido necesidad de trabajar. Gracias a Dios mi padre pudo proporcionarme todo lo que necesite, sobre todo en los últimos años de mi vida.

Por eso se “saco de onda” cuando a los 16 años le mostré el periódico donde se anunciaba que una empresa maquiladora de Juárez estaba solicitando operadores de producción, desde los 16 años cumplidos.



Eran las 6 y media de la mañana, el tomaba café como de costumbre, como desde hace años lo hace religiosamente, día tras día. Estaba listo para salir a su trabajo.



- Papá: Que quieres que vea?

- Diesel: Lo del anuncio Pa, solicitan trabajadores desde los 16 años, ya puedo ir :D

Yo estaba nervioso, sentía el estomago vacío. Para todos estos menesteres necesitaba la aprobación de Él.

Tomó el periódico, lo hojeo 3 segundos y lo hizo a un lado.

- Papá: No. Tú no tienes necesidad de esto. Ponte a estudiar.
Se levanto y se fue a su trabajo.

Y ahí quedo otra oportunidad de “conocer mundo”, de saber lo que era ganarse el dinerito por uno mismo. Toda la noche anterior agarrando valor para decirle, pensando que se sentiría orgulloso, para nada.

- Mamá: No te enojes, ya sabías que no te iba a dejar.

- Diesel: Era mi oportunidad de que viera que ya me puedo valer por mí mismo.

- Mamá: Pues sí, pero ya será más adelante. Vas a desayunar?

- Diesel: Si mami, pero me le quita la orillita al pan con mantequilla? Es que no me gusta así? :D



- Mamá: Pues no que ya te puedes valer por ti mismo?

- Diesel: No, no me cambie el tema :P

Total, después de ese rechazo ya no lo intente de nuevo por varios años. Simplemente cuando fui mayor de edad me contrate en lo único que sabía hacer: manejar. Tome un empleo de repartidor de pizzas en Popeyes Pizza, sin pedirle permiso a mi papá. Me acababan de regalar un Jetta 91 color esmeralda, que sería el vehículo que usaría para repartir, pues no sabía conducir motocicleta.



En la entrevista de trabajo:

- Y sabes repartir pizzas?

- (No, pero si quiere tomo la carrera en la Universidad ¬¬) Si señor, si se.

- Y cual sucursal te queda más cerca? Estamos solicitando en ésta de Insurgentes y en la otra de Américas.

- Aquí, en insurgentes.

En ese entonces vivía exactamente en la esquina de esa sucursal (Insurgentes), a escasos metros de la pizzería, una chava que me gustaba muchísimo. La acababa de conocer, y aunque un amigo quería andar con ella y la había conocido primero, ps no le hacía mal a nadie con escoger trabajar ahí y verla de vez en cuando.

Así que por estar cerca de donde vivía mi amiga Berenice, tome el trabajo en esa sucursal. Claro que a mi grupo de amigos, donde ella estaba incluida, nunca les mencione que tenía la opción de trabajar en otro lado, limitándome a decirles que el trabajo era solamente ahí.



Me pagaban en ese entonces $350 pesos de sueldo base por semana, más $4 pesos de ayuda a gasolina por cada entrega. Esto es, si en el día tenía 10 entregas, multiplicadas por $4 pesos eran $40 pesos que se me pagaban diarios.

Ahí aprendí a amasar en mis ratos libres, a medir cantidades, nunca la “receta secreta” (jajaja) de la salsa ni de la masa, pues nos daban las medidas ya listas de unos preparados que traía el dueño. Corría el rumor de que esa receta la había aprendido el dueño cuando trabajaba en Pizza Hut del Paso, Tx.



Con el paso del tiempo, mi auto empezó a resentir tanto ajetreo (sobrecalentándose y matándose por varios minutos) y no pude continuar repartiendo. Pero como había aprendido lo esencial de cocinero (amasar, extender tortillas, llenar las pizzas y tiempos de cocción) me contrato el jefe, como otro empleado más en la cocina, ayudándole eventualmente de repartidor cuando había algún pedido grande, por ejemplo, algunas 10 pizzas para una maquiladora.



Con el tiempo deje Popeyes. Y mucho tiempo después ocurrieron muchos cambios en mi vida: mi amiga Berenice se había convertido en mi esposa Berenice, la amistad que teníamos se había convertido en amor, y tiempo después el amor tomo forma y cuerpo en una hermosa bebé a la que llamamos Diana Sofía Armani.



Aunque mis padres me ayudaban económicamente (pues nos encontrábamos estudiando Berenice y yo), un dinero extra nunca estaba demás, más aún que la ayuda económica de mis padres era suficiente solamente para cubrir las necesidades de Diana Sofía (Pañales, talco, toallitas, leche Nan, gerbers, cereal, aceite, cremas para la piel, ropita, pediatra, biberones, etc).



Cierto día hojeando el periódico vi que ofrecían trabajo como cocinero en una nueva pizzería: “New York Pizza”, fui y quede, pues traía la escuela de “Popeyes” y entre los cocineros haber trabajado ahí era sinónimo de conocimiento, pues las cantidades de venta que manejaba Popeyes en ese entonces eran tantas, que haber trabajado ahí significaba que sabíamos trabajar y estábamos acostumbrados a la presión de atender tantos pedidos.



Contrario a Popeyes, ahí si se nos indicaban los ingredientes, tanto para elaborar la masa y la salsa, así como las cantidades de necesarias para elaborar cada una. Con el tiempo me quede de encargado del lugar, y modifique un poco la receta, haciendo mis propias mezclas, pero en esencia eran los mismos ingredientes.



La escuela me impidió continuar en el trabajo, pero mi jefe me seguía hablando de vez en cuando para saludar y para preguntarme algo relacionado con el trabajo.

Aun así, el dinero, como comente, nunca estaba de más, y cabe decir que al contrario, hacía falta. Así que de pronto se me ocurrió una idea. Ya teniendo yo el conocimiento de cómo funcionaba el negocio, donde adquirir ingredientes, tiempos de cocción, donde comprar las cajas, etc decidí poner mi propio negocio de pizzas. En casa de mis padres.



Acondicione la cocina de mi madre, solamente sábados y domingos, pues serian los días que tendría libre por la escuela. Conseguí los ingredientes y ayudado por mi ex – jefe de New York pizza, que me “dono” unas mallas circulares sobre las que se colocaba el tortilla para su cocción, inicie mi pequeño “negocio de pizzas”.



En mi computadora diseñe algunos tipos de volantes, escogí el mejor, le saqué copias, elabore el menú y el primer sábado, después de tener la masa lista, la salsa en su punto y los ingredientes en el refrigerador salí a repartir volantes por las colonias aledañas a mi hogar.

Que si no me daba vergüenza volantear? Si, mucha, pero más vergüenza me daba no tener dinero para poder llevar a mi esposa a algún lado o no poder comprarle un par de zapatitos a mi niña, así que como decían por ahí: “La vergüenza era verde y se la comió una burra”.



Salía con las copias de los volantes caminando a Pradera Dorada, a San Ángel, a Villahermosa, a Fuentes del Valle y no regresaba hasta terminar los 200 volantes que repartía diarios, cada sábado y cada domingo, desde las 5 am, cuando todo en la ciudad era calma y tranquilidad.

Regresaba a la casa a tener todo listo para los pedidos. Y así poco a poco empezaron a caer clientes regulares y clientes nuevos. Y también poco a poco, echando a perder, agarre facilidad para manejar el horno de la estufa de mi mama, aprendí a ahorrar tiempo pre cociendo los ingredientes en el micro, “logotipie” mis cajas blancas, y establecí rutas mas rápidas para entregar, así como la mejora del menú y la elaboración de ofertas atractivas para los clientes.

Nunca faltaban los clientes que se querían pasar de vivos:



- Cliente: Y si no llega en 30 minutos, es gratis como en Dóminos?

- Diesel: Ah claro que sí, pero entonces si llega a tiempo se la tendré que cobrar también al precio que la dan en Dóminos.

- Cliente: No, no, está bien compa, tárdese lo que se tenga que tardar.

Jejeje o los clientes con algo de curiosidad:

- Cliente: Oiga y por qué solo venden sábados y domingos?

- Diesel: Ah es que entre semana le doy chance a Dóminos y a Peter Piper para que ellos también vendan algo.

Jajaja, si, siempre he sido medio m… :P

Cierto día me tocaba iba volantear por fuentes del Valle. Recorri muchas, muchas calles y aun así me quedaban volantes, que fui colocando en el camino de regreso a mi casa.



En eso iba por una calle ya cercana a mi domicilio cuando algo me paro en seco.

Un perro pastor alemán estaba ladre y ladre a través de una reja de una casa, esto, por la banqueta por la que yo tenia que pasar.



Mejor me cambio, de banqueta, pensé. Pero luego recordé el famoso dicho: “Perro que ladra no muerde”, y este perro estaba ladrando muy fuerte.

- Fiuff, ta landrando, tons no va a morder.

Así que pase como si nada bien contentillo escuchando sus ladridos. :D
Pero en eso, zaz!

Que me tira una mordida a través del barandal y se prendió de mi pierna. Sentí como si me echaran agua fría y una punzada recorrió todo mi cuerpo desde la pierna que me mordió hasta el cerebro.

El perro no me soltaba y zarandeaba la cabeza con mi pierna entre su hocico.

Yo estaba sacado de onda, muy sorprendido.

- Yo: Pero… pero… el refrán…. Lo del ladrido….que rollo????!

Pero inche perro se me hace que nunca había escuchado el refrán:

- Perro: grrrrrrr, grrrrrrr, grrrrrrr!! (bien apepenado de mi piernita).
Por fin me soltó y continuo ladrando. Yo continuaba sacado de onda.



Levante mi pantalonera negra marca Adidas. Y Pude ver como en la pierna ya presentaba un orificio del tamaño de una uva, del cual salía un hilo de sangre que escurría profusamente.



- Señor, Señor!! – empecé a tocar en la puerta. Quería ver si el perro estaba vacunado contra la rabia.

Una cortina se movió, alguien se asomaba, pero la volvieron a cerrar y nunca abrieron, por mas que yo seguí y seguí tocando.

Con la pierna ensangrentada llegue a mi casa gritando.

- Mami, me mordió un perro!!!

Salieron mi madre y Bere asustadas y me pidieron que me lavara.
Después de eso fui con mi madre a la casa donde el perro estaba ya amarrado y alejado de la banqueta.

Mi madre tocaba y gritaba:

- Abran!!, Abran!! Su perro mordió a mi hijo!!

Yo así con algo de pena pensando: Estem… yo no vengo con ella :S
Por fin salió un chavo de algunos 25 años y le contamos lo que había sucedido. Entro a su casa y saco una cartilla de vacunación del perro, que resulto ser perra de nombre “Tosca”.

Fuimos al hospital general. Aun contra mi voluntad, no quería que me fueran a poner las vacunas contra la rabia que son creo 13 alrededor del ombligo :S

- Diesel: Este… ps así está bien ma, ya no me sale sangre, yo digo que con un curita y ya :D

- Madre: No, hay que llevarte para que te chequen.

- Diesel: Ufas :S

Ps total, llegamos al área de urgencias del Hospital General (yo por ser mayor de edad ya no entraba en el plan médico de cobertura total que tiene mi padre para El, mi mama y mis hermanos U_U) Pues no quise que me llevaran a Poliplaza que estaba más cerca, no vi que fuera necesario y ps para que pagar tanto por algo tan simple :S

Llega el médico interno (estudiante) y me dice:

- Mmmm no ps no es muy profunda, esa herida no requiere sutura eh? (Me dice medio mam… como si yo le hubiera estado suplicando que me suturara).

- Diesel: Claro que no!! En esto estoy totalemente de acuerdo con usted, y ni me iba a dejar es más, con eso le digo todo! Pos este! U_U

Solamente de imaginar que una aguja curva con hilo 00 entrara en la carne de mi piernita una y otra vez para cerrar la pequeña herida me daba ñañañaras :S

- Médico interno: Bueno, solo le haremos una curación, y le pondré… la vacuna del Tétanos.

- Diesel: Noooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo!!!

Mi grito retumbó por todo el hospital, las palomas del techo salieron volando. La gente afuera murmuraba:

- Pobre, ha de haber recibido una terrible noticia.



Mi mortal enemigo! Maldito sea!! Maldito sea el que descubrió esa vacuna antitetánica, maldito sea P. Descombey!!

Lo peor, que por ser hospital público tuve que pagar yo para comprarla y para que me la pusieran :S

Y he ahí otra anécdota (un poco largo el preámbulo jejeje) de otra batalla perdida contra la vacuna antitetánica.

Saludos!!