Pues bien. Hace rato mientras me dirigia a mi nueva escuela, pude ver las enormes filas que rodeaban el instituto al cual debo de ir de lunes a viernes en horarios varios. Tire la rienda a Porto, mi caballo, y lo dirigi a mi antiguo instituto, cerca algunas cuadras, de mi nueva escuela. Esta decision la tome porque seria ya casi imposible poder encontrar lugar adentro y de esta forma, acceder a mi clase de Calculo Arabe, impartida por Sir Godoy.
El edificio se empezo a dibujar claramente mientras mas me acercaba. Cruce el pesado porton de fierro, un guardia me dio una contraseña, que deberia de mostrar al salir. Amarre a Porto, descendi y me dirigi por los pasillos esperando ver a alguien conocido. No ocurrio. Gente pasa a mi lado, y asi como vienen se van. Pero cada uno de ellos es un perfecto desconocido para mi.
Recorro las canchas donde alguna vez jugue el juego que se inventara en 400 años mas adelante. Todo ha cambiado, y todo sigue tan igual. Son los mismos arboles que escucharon mis lamentos, mis risas, mis esperanzas. Los edificios son los mismos debajo de esa capa de cal que los pinta de un albo color.
Donde estaran todos los compañeros que estuvieron conmigo alguna vez?? Algunos estan ya trabajando, muchos otros estan haciendo una especialidad. Y yo?? yo sigo soñando, viviendo en un mundo de sueños, del cual no termino de despertar.
Llego a ese edificio donde pase tantas horas, y que quizas, sea la causa de que yo no pude seguir adelante con mi carrera. Leo el nombre "Centro de Computo" y me trae tantos recuerdos...
La vez que impuse el "grandioso" record de permanecer en dicho centro de 9 am a 10 pm, sin salir ni siquiera una vez. Mientras afuera, compañeros mios realizaban examenes finales...
No, no le puedo echar la culpa al centro, uno es el arquitecto de su propio destino y las consecuencias las sigo viviendo dia con dia...
Entro al centro, igualmente espero ver a alguien conocido, pero se que me engaño. Mi generacion ahorita esta saliendo de sus trabajos, yendo de compras con sus familias, cenando en un restaurant bonito, me pudo haber pasado a mi??
Eso no lo sabre. Solo se que tengo 4 años aun para tratar de enderezar el camino, para volver a tener la ilusion por llegar al final.
Salgo. Porto esta ahi, esperando, siempre esperando. Me subo en el y emprendo el camino a la salida.
Entrego la contraseña o salvoconducto al guardia. Levanta el porton de hierro forjado, baja el puente elevadizo y me despido de mi antigua escuela, quizas y solo quizas algun dia...
Y asi se van mis pensamientos, adentrandose en la oscuridad de la noche que ya empieza a caer.