viernes, 28 de junio de 2013

EL AUTO FANTASMA.


- Es la bomba de la gasolina, hay que cambiarla.

Sentí que la sangre se me iba a los talones. El diagnóstico que me daba el mecánico ya me lo esperaba. Y es que toda esa tarde el auto de mi hermana, al haber andado yo mucho rato en él, se calentaba y perdía potencia.


El problema es que ese auto me había sido prestado para irme al día siguiente de vacaciones con mi entonces esposa Berenice, mi hija dianita y mi suegra.



Comente el hecho con mi hermana y entre los dos cooperamos para comprar la bomba de la gasolina, lo que mermó en gran medida mi capital monetario, y el de mi hermana también, quien también se iría de vacaciones pero en otro vehículo junto con mi madre.

Pagando el costo de la bomba, y teniendo ya los preparativos hechos, al día siguiente, siendo las 5 am de la mañana, partí rumbo a casa de mi suegra junto con Bere y mi Dianita, y de ahí nos fuimos todos directos y sin escalas (o eso pensábamos) hasta Ciudad Victoria, Tamaulipas, esperando llegar aproximadamente a las 9 o 10 de la noche.

Todo iba bien, conforme a lo esperado, pasamos el poblado de Villahumada, el rancho que tenemos como capital que se llama Chihuahua, y otras pequeñas ciudades como Delicias. Al estar a las afueras de la ciudad de Camargo y faltando como unos 15 kilómetros para llegar, el carro empezó a perder potencia, y pude ver como al aguja del velocímetro poco a poco iba bajando, sin responder al pedal del acelerador que yo mantenía presionando hasta el fondo.

Por fin el carro llego hasta 0 km/ hr. Y tuve que orillarme. Intente varias veces prenderlo sin resultados satisfactorios.

- Drago: Es la bomba otra vez, dije a mis acompañantes.

- Bere: Y ahora? Que vamos a hacer?

- Drago: Esperar a que se enfríe un poco y luego ver si prende y que nos lo revisen aquí en Camargo.

Efectivamente, luego de algunos 10 minutos, encendí el carro y me dirigí a la ciudad de Camargo.

Para no hacerles largo el cuento, ese día era Viernes Santo, estaba todo cerrado, con excepción de un taller de un viejito llamado Don Polo, que casualmente tenía su taller abierto, pues estaba terminando junto con sus mecánicos, un auto de carreras que tenía que entregar, y es que el aparte de mecánico, era armador de autos de carreras para competencias locales.


Después de estar casi 7 horas en Camargo, tiempo en que mi ex esposa, mi hija y mi suegra estaban desesperadas, por fin fui con don Polo a probar el auto, pues solo le había hecho una limpieza a los filtros de la gasolina, le cambio el “cedazo” a la bomba . Don Polo, fiel a su espíritu de armador de autos de carreras, se fue manejando el carro casi a 180 km/hr, y ahí me tienen a mi agarrado hasta con  las uñas de los pies en el asiento del copiloto :S rezándole a todos los santos tipo:

- San Pascual Rio Santo, que Don Polo no le pise Tanto.
- San Agustín Alfredo, que quite el acelerador y le pise al freno.
- Santa Cachucha protectora, si me accidento que me atienda una linda doctora :P

Total que si sirvió y regresamos a Camargo, pues habíamos salido de la ciudad a carretera. Se subieron Bere, Dianita y mi suegra. Le pague a Don Polo y emprendí el camino hacia la ciudad de Torreón, pero apenas estaba saliendo del estado de Chihuahua y entrando al de Coahuila cuando de nueva cuenta el carro perdió potencia, dejándome exactamente en el monumento que esta en la carretera entre los dos estados y que sirve de señalamiento de donde termina un estado y empieza el otro.



Le marque a Don Polo y me dijo que me lo llevara así, a tramitos hasta Torreón y que allá me lo checaran.

Así le hice y me lo fui llevando aproximadamente de 10 o 20 kilómetros a la vez, perdía potencia, me orillaba, descansaba 5 minutos y de nuevo avanzaba otros 10 o 20 kilómetros.

Cabe mencionar que en algunas de esas ocasiones en que me detenía y orillaba, se detenían personas a tratar de ayudarnos, pero amablemente les dábamos las gracias y les decíamos que era la bomba que andaba fallando y que solo esperábamos que se enfriara.

Para pesar mío, de pronto ya la noche había caído, y aunque ahora refrescaba un poco y el carro duraba periodos más largos para apagarse (de 20 a 30 kilómetros cada vez), aun faltaban varios kilómetros para llegar a Torreón. Y entonces sucedió.



Me di cuenta que un auto venia de nosotros aproximadamente a unos 200 o 300 metros detrás con las luces encendidas.

La velocidad del carro poco a poco iba disminuyendo, de 90 km bajo a 85, a 80, a 70… así se mantuvo un ratito y bajo a 65, a 60… Le prendi las direccionales al auto que venía detrás para que se pasara, pero no lo hizo, seguía aproximadamente 100 metros atrás de nosotros y así se mantenía, a la misma distancia, por lo que era obvio que el también venia bajando la velocidad con el mismo ritmo que yo.

50, 45, 40, 35 km/ hr y el vehiculo seguía detrás, con sus faros prendidos…

Saque la mano, le hice señas de que me rebasara y se fuera, pero era inútil, el carro no aceleraba y se mantenía a la misma distancia.

Y entonces temí lo peor y se lo comenté a Bere:

- Drago:  Se me hace que está esperando que se nos mate el carro para asaltarnos :S han de ser unos asaltantes :S

20, 15 km/hr y el carro venía a la misma distancia detrás de nosotros, casi a vuelta de rueda. Era obvio, el carro no nos iba a pasar, venía siguiéndonos y solo Dios sabía que intensiones tenían.
De pronto sentí miedo, no por mí, sino por todas las mujeres que venían conmigo, mi ex esposa, mi hija y hasta por mi suegra, ya con eso les digo todo XD jajaja ok no U_U

Y entonces, como por arte de magia, yendo a 15 km por hora, le empecé a aprender una mañita al carro. Notaba que cuando pisaba el acelerador avanzaba poquito y se perdía la potencia, entonces fui ahí poco a poco acelerando, y antes de que perdiera la potencia de la pisada anterior le volvia a presionar el acelerador, soltaba y aceleraban y así, poco a poco pude ir levantando la velocidad del vehiculo.

20 km/ hr, 25, 30, 35, 40, 45…

Al cabo de unos minutos ya iba en 60, 65, 70…

El carro venia detrás y también había acelerado, pues lo manteníamos a la misma distancia. Por fin lo pude subir a 100 km/ hr y a lo lejos vi un brillo sobre la carretera enfrente de nosotros, era la caseta de cobro de Bermejillo.


Estábamos salvados!

Llegamos, pagamos y me orille inmediatamente en el área de los baños públicos.

- Drago: Vamos a esperar que se pase el carro que venía detrás y se vaya, sirve que mientras descanso un rato y vamos al baño.

Pero no, después de esperar casi media hora, no paso ningún vehículo por esa caseta O_o

No había otra salida o desviación, era una carretera de cobro, sin rutas alternas por donde se pudiera haber ido.


Nos fuimos entonces, llegamos a Torreón y pernoctamos la noche en Gómez Palacio, Durango, saliendo al siguiente día después de almorzar rumbo a Saltillo. El auto había descansado toda la noche y no me volvió a dar problemas con la bomba sino hasta algunos días después, cuando de ciudad Victoria, aun estando de vacaciones nos fuimos a Tampico a la playa, pero esa como siempre queridos dos o tres lectores, esa es otra historia que ya les contre algún día.

Saludos!

1 comentario:

Martiuks dijo...

¡Que miedo!... Tantas cosas que se cuentan y ahora que te han sucedido en la carretera a ti. (deberías escribir más de esos relatos).

Me hiciste reír con tus oraciones en mientras don Polo conducía.

¿Entonces era un auto fantasma?

¡Que miedoooo!