jueves, 8 de agosto de 2013

DONDE DIOS CIERRA UNA PUERTA, DEJA ABIERTA UNA VENTANA.

PRÓLOGO.





La Universidad Autónoma de Chapingo en el Estado de México, es una Universidad de fama mundial cuyas carreras están enfocadas a la agronomía en sus diferentes ramas. Por eso, fue una de las opciones que tomó Georgia Gama de Oliveira, en su natal Brasil, cuando decidió viajar hacia ese país al norte del continente para cursar un semestre como alumno becado de intercambio. Cargado de su equipaje, sus esperanzas y la bendición de sus padres, subió al avión que lo habría de llevar hasta México, sin saber que su sueño estaba a punto de ser truncado.

CAPITULO 1.

- Cinco minutos para cerrar la biblioteca jóvenes.



La bibliotecaria apuraba a los dos jóvenes que aun continuaban buscando información para el proyecto que tenían que entregar. No había sido suficiente el tiempo, ni siquiera porque ese día habían faltado a clases con tal de irse a la biblioteca pública.

- Vámonos Ricardo, ya es tarde, mañana lo terminamos y entregamos.

- Está bien María, debemos apurarnos para llegar a la terminal.

Salieron los dos jóvenes del edificio, adentrándose a las calles que aún conservaban un poco de luz, para ser las 8 de la noche.




Dirigieron sus pasos a la terminal de autobuses que se encontraba a algunas cuadras del lugar y donde abordarían el autobús que los habría de llevar hasta la ciudad de Texcoco. Empezaron a sacar el dinero del pasaje, sin percatarse aún que una persona los iba siguiendo de cerca, sigilosamente, esperando el momento oportuno para acercarse a ellos.





Ella fue la primera en percatarse del extraño ser que de pronto había aparecido antes ellos, tan súbitamente que sus ojos se abrieron más de lo normal, las cosas que sostenía cayeron al suelo y de sus labios salió un pequeño grito ahogado que se perdió en la quietud de la noche.

- Olá, eu posso ter uma palavra com você...? (Hola, puedo hablar un moento con ustedes?)

CAPITULO 2.

- Bienvenidos a la ciudad de México, les informamos que tenemos una temperatura de 10 grados centígrados, cielos parcialmente nublados, la hora local es la 1 de la tarde. Muchas gracias por viajar con Aeromexico, soy su capitán, y a nombre mío y de toda mi tripulación les agradecemos su preferencia y esperamos contar con su preferencia en sus próximos viajes.





El ruido de la banda giratoria del equipaje empezaba a avisar que las maletas venían en camino. Georgia esperaba impaciente, tenía sus ojos puestos en una maleta azul que se fue acercando hacia donde él estaba. La tomo, sacando la agarradera la desplegó y la jalo por los pisos del aeropuerto, ayudado por las pequeñas ruedas de la parte inferior de la maleta. Sacó su reproductor de música y reprodujo uno de los últimos éxitos de moda en Brasil, al menos, la música le mantendría unido a su país, al cual pensaba no volver en al menos medio año.





Salió del enorme edificio y esperando el momento adecuado, logro ver un vehículo que se detuvo a su costado.

- Taxi joven?

Georgia lo pensó un poco, pero al final decidió tomarlo. No conocía a nadie ahí, y ese taxista era su primer contacto directo con los mexicanos.

- Você sabe que vêm para a Universidade de Chapingo? (Sabe llegar a la Universidad de Chapingo)

- La universidad de Chapingo? Va para allá? Claro que si, súbase.

Abriendo el maletero, el taxista colocó la maleta del estudiante de intercambio brasileño y enfiló por las calles de la ciudad de México.

Tan absorto iba Georgia viendo los edificios y el camino en sí, que no se percató del letrero que en determinada parte del recorrido anunciaba la dirección con una flecha hacia la universidad de Chapingo, y menos se percató que el taxista dirigió el vehículo hacia otra avenida, completamente opuesta hacia la escuela de Agronomía a donde debía llevar a su cliente, perdiéndose entre la multitud de autos que a esa hora del día, circulaban por esa carretera del estado de México.




CAPITULO 3.

María se agacho a recoger sus cuadernos, marcadores y hojas, en los que minutos antes había almacenado la información necesaria para su proyecto escolar.

- Ten.

La mano de aquel extraño le extendió un marcador azul a la asustada chica, quién dudando de aceptarlo, estiró la mano lentamente.

- Terá uma moeda? Eu acabo de ataque e não tenho nada para comer, e eu tenho frio ... (Tienen una moneda? Me acaban de robar y no tengo nada para comer, y tengo frío...)

Los dos amigos se miraban sorprendidos, no entendían nada de lo que el chico con aspecto de vagabundo les decía.


Viéndolo detenidamente, lograron observar que era una persona joven, de estatura mediana, con el cabello medio largo, rizado, de algunos 20 años. Iba descalzo, en calcetines, en una playera de manga corta ( a pesar del frío que ya se sentía en el ambiente al caer la noche). Pasó un vehículo que parcialmente iluminó al grupo, pudiendo observar la ropa sucia del muchacho, y en su cara, un fuerte golpe que había dejado ya un moretón de considerable tamaño.




- Que te pasó??? – preguntó María.

- Eu sou do Brasil, eu foi assaltado e agredido. (Soy de Brasil, fuí asaltado y golpado).

Los amigos se vieron nuevamente, no entendían lo que el les decía.

- Eres de Brasil?

- Se, eu sou do Brasil. (sí, soy de Brasil)

- Do you speak english? (Hablas inglés?)

- A little bit. (un poco)

María y Ricardo hablaban algo de inglés, y entre portugués, inglés, español, y mayormente señas, el chico golpeado les contó que se llamaba Georgia, que acababa de llegar de intercambio de Brasil, que había subido a un taxi afuera del aeropuerto, que lo había secuestrado y robado, dejandolo abandonado en ese pequeño lugar, llevándose su equipaje, sus tenis, su chamarra y todo lo demás, dejándolo sin nada de dinero, no sin antes golpearlo y patearlo en el piso, hasta dejarlo en ese lamentable estado, casi inconsciente.






María sacó de su bolso unas monedas.

- Vente, vamos para allá.

El chico los siguió, hasta llegar a un puesto en la calle.

- Una torta por favor.

Minutos despues, el joven devoraba la torta, el primer alimento que comía en muchas horas.





Georgia les preguntó donde podría levantar la denuncia.

- En la procuraduría - le dijeron sus nuevos amigos - pero la verdad, eso se llevaría tiempo y sinceramente creemos que no te resolverían nada y solo archivarían tu caso.

La desesperación se apoderó del estudiante brasileño, no tenía dinero, no tenía zapatos, ropa, ni siquiera manera de comunicarse con su familia en Brasil.

Les comentó su idea de dormir esa noche en una banca de la terminal de autobuses, esperando que no lo fueran a correr.

Los amigos de nueva cuenta se pusieron de acuerdo y le pidieron que los siguiera, tenían un amigo cercano al lugar llamado Miguel. Miguel vivía solo, y quizás podría ayudarlos.


María observo la piel erizada de Georgia y como se frotaba los brazos, el frío en esa época del año era considerable. Quitándose la chamarra, se la extendió al joven brasileño, quedando ella solo con su sueter.

- Ten, póntela, a ver si te queda.

El chico brasileño no podía creer lo que la chica hacía, pero aceptó de momento el ofrecimiento, pues el frío ya le calaba hasta los huesos.

Llegaron a un edificio de apartamentos, tocaron y para buena suerte encontraron a su amigo. Le contaron la historia de Georgia y Miguel se le quedo viendo al joven, para finalmente decir:

- No te preocupes carnal, no estas solapas, aqui tienes a tus bros que te van a hechar la mano, de menos hoy no duermes en la calle xD. Por lo pronto te dare ropa y unos tenis que ya no uso, solo que viéndote a ti y viedome a mi, te quedarán un poco grandes.

María y Ricardo le agradecieron a Miguel el gesto, era mucha responsabilidad de ellos haberlo llevado ahí, pero el joven se había ganado su confianza.

Prometieron volver por el al día siguiente, ya habían planeado una forma de ayudarlo.

CAPITULO 4.


Era ya de día en la escuela preparatoria Bachillerato CBT Gabriel V. Alcocer. Los alumnos habían entrado a las aulas al sonido de la alarma instalada para tal propósito.

Una mano golpeó la puerte del salón de primer año. Asomando una joven y bella alumna su cabeza a través del marco de la puerta.

- Profesor, nos permite un momento?

El profesor, quién apenas empezaba su clase, salió un rato al pasillo de la escuela. Los tres jovenes le murmuron algo, asintiendo con la cabeza el maestro y dejándolos pasar al frente del salón.




Los alumnos de prepa, sentados en sus bancas, miraban con curiosidad a los dos jovenes uniformados, y al otro joven vestido de manera informal con ropa un poco más grande de su talla, pero sobre todo, con un notorio golpe en la mejilla.

- Buenos días compañeros, venímos a solicitar su ayuda. El es Georgia, un alumno de intercambio que viene de Brasil. Lamentablemente fue asaltado al llegar al Distrito, y no cuenta con nada mas que lo que trae puesto. Les solicitamos su cooperación para poder ayudarlo, cualquier ayuda se les agradecerá infinitamente, hagámos que no se quede con una mala impresión de nuestro país.

- Deus te abençoe e muito obrigado para que eu possa ajudar (Dios los bendiga y muchas gracias por lo que me puedan ayudar).



 
Los alumnos empezaron poco a poco a sacar monedas y algunos billetes, incluso el profesor, monedas y billetes que fueron depositando en un bote que María había preparado para recoger la ayuda que le pudieran dar a su nuevo amigo. No quedó ningún alumno en todo el salón, y en la mayoría de todos los salones, que no se acercara a cooperar para ayudar al joven brasileño.

El director del plantel le facilitó el teléfono al joven, quien pudo comunicarse con su familia, la cual se encontraba preocupada, pues no habían tenido noticias de su familiar desde que había partido.





Sobra decir que quedaron asustados por lo que el joven les había contado y prepararon todo para poder venir por el. Ya no se quedaría en el país y se regresaría a Brasil

El dinero recabado fue suficiente para comprarle un boleto de autobus a Georgia hacia Yucatán, donde llegarían familiares a recogerlo, y aún le sobro dinero para el alimento y gastos menores que necesitara mientras tanto.

María y Ricardo lo acompañaron a la terminal de autobuses y se fundieron en un abrazo con su nuevo amigo extranjero, quién no pudo evitar las lágrimas, y les mencionó que de entre lo malo que le había ocurrido, le había dado gusto encontrarlos en su camino y ser una especie de ángeles que lo habían ayudado.

Lo vieron abordar el autobus y momentos despues despedirse.




El trabajo pendiente a entregar no lo entregaron por ocuparse en la recolecta y traslado de Georgia, lo que les bajo calificación, pero la experiencia de ayudar a alguien en apuros, hizo que eso pasara a segundo término.

FIN.

EPÍLOGO.

Ricardo actualmente estudia psicología en la UNAM, con grandes expectativas.

De Georgia no volvieron a saber, pues esta historia ocurrio muchos años atras, antes del auge de facebook.

María, cuyo nombre completo es Maria Elena, sigue ayudando a cuanta persona puede, una de ellas soy yo, su novio, el cual esta orgullosísimo de ella y espera poder compartir con ella muchos momentos más, pero esas, como siempre, son otras historias que ya les contaré algun día...





Saludos!

3 comentarios:

luis dijo...

se ve mas padre aqui que en face con fotos y toda la cosa

Martiuks dijo...

¿Qué onda Jovenazo?

Pensé que esta historia era alguna de las que tenías planeado escribir.

La verdad estuvo muy interesante e impactante lo que le pasó a ese chico, pero creo que eso sucede diariamente en el DF no sólo a los estudiantes de intercambio.

Afortunadamente, como dices en tu escrito, ese chico se encontró Ángeles en el camino y eso le ayudó a cambiar la percepción que podría haberse llevado de nuestro país.

Salvo algunos errorcillos en el estilo de redacción, escribes bien y logras enganchar a quienes te leemos.

Deberías explotar más ese tipo de historias en tu blog. (aunque me imagino que no lo haces por falta de tiempo).

Saludos y bonito finde.

Anónimo dijo...

Guao. Es muy bueno y alentador saber que siguen existiendo gente buena en nuestro hermoso pais. Ya que con todo lo que pasa a diario, la gente se vuelve desconfiada y hasta las ganas se le quitan de ayudar a la gente.
Ojala tu novia se siga contando mas historias para que las plasmes aca mi caballerango.
saluditos
Maru de chocolate