Me preguntaba Marthita si habría continuación de la caminata bajo la lluvia. Y pues si, si hay y aquí está la segunda parte. No había tenido tiempo porque la verdad ando a gorro en el trabajo. Me han mandado a checar los puentes de Lerdo y de San Jerónimo, de donde por cierto tambien postearé pronto el viaje que hice para aquella región cercana a Ciudad Juárez.
Por lo pronto aquí esta la primera parte y la segunda(final) de la caminata bajo la lluvia. Los que ya leyeron la primera parte saltense hasta donde dice: "ACTUALIZACIÓN", saludos!
Como parte de mi nueva vida cotidiana y de mi nuevo trabajo, diariamente me levanto a las 3:50 am para meterme a bañar, mordisquear algun trozo de pan acompañado de sorbos de café instantáneo.
La luna en todo lo alto me da los buenos dias, y ya se dió cuenta de que han pasado 9 días desde la primera vez que salí de mi casa, (la de ustedes) a las 4:20 am para esperar pacientemente el camión que me llevará la primer parte del trayecto hasta mi nuevo empleo. Ya se dió cuenta de que no es algo de un día o dos.
Bere dispone del único auto que tenemos por ahora, pues Porto pasó a mejor vida, y está descansando sus últimos días enfrente de mi casa, inmovil.
Mi trayecto (los de Juaritos quizás se ubiquen) comprende 3 tramos. De la esquina de mi casa hasta el "Puente de la Jilotepec", del Puente de la Jilotepec a San Lorenzo, y finalmente de San Lorenzo a la "Megabandera".
Ahí, despues de dar por tercera ocasión las gracias, al tercer chofer de la tercera unidad que me transporta, desciendo con cuidado y me adentro, aún en la oscuridad, al territorio dominado por un gigante, cuyo balanceo por las ráfagas de viento mañaneras producen un sonido, que yo, arrogantemente traduzco en un "Buenos Dias, señor Caballero".
Volteo a verlo y su envestidura tricolor ondea como cada mañana. El aire fresco que se siente llena mis pulmones al máximo. Camino por un pequeño surco formado por el tránsito de muchas personas durante quizas algunos meses. Dicho surco es una herida, una cicatriz en la alfombra de pastos verdes y tiernos, bañados con gotas de lluvia que cayeron la noche anterior.
Por fin llego a la carretera que lleva al puente internacional Cordova-Americas. No hay demasiados autos todavía, pero si infinidad de vendedores que ofertan sus productos a los pocos transeuntes que empiezan a llegar. Llego con "El guero", ese personaje que cuyo apodo no puede faltar en ningun lado. Me entrega dos tortillas de harina que envuelven dos guisados, uno de verde y otro de rojo. De mi mano a la suya pasan 2 monedas doradas de $10 pesos cada una.
Sigo mi camino por un costado del parque El Chamizal. Un enorme bosque, que aún bajo la penumbra de la noche, me recibe con ráfagas de aire fresco que mueven mis cabellos de un lado hacia otro.
Llego a mi lugar de trabajo, saludo a mi compañero que estuvo en el turno nocturno. Me cuenta los pormenores de lo que ha sucedido en la noche, y se despide. Dejandome a cargo de todo el sistema de control de los accesos de la aduana. Y me pongo a pensar, y me da risa. De un momento a otro tanta responsabilidad. Un error mío, o no actuar lo suficientemente rápido puede generar en una multa de medio millón de pesos para la empresa que confió en mi. Y siento nauseas, y se me mueve el piso.
Gracias a Dios, mi turno transcurre sin contratiempos. Son las dos de la tarde ya. El tiempo, siempre relativo, no pudo retrasarse más y tiene que dejarme ir.
El cielo esta nublado. Tengo que regresar por donde llegue. Y empiezo la partida.
ACTUALIZACION.
Me despido de mis compañeros y veo en el reloj que aun falta 1 hora para encontrarme con Bere en Plaza de las Américas, para de ahí irnos juntos en el auto hasta nuestra casa. A unos pasos de mi trabajo, bajo un cielo gris y negro que amenaza lluvia, la aglomeración de gente en un puesto callejero me hace detenerme.
"Aun hay tiempo" Me digo a mi mismo. Despues de revisar el "menú", me uno a la petición popular que demanda la atención de la persona que elabora los aperitivos.
- Diesel: Me da un lonche de Adobada, Cana.
- Lonchero: Sale pareja.
De una hielera blanca salen dos bisteces rojos, que son depositados de inmediato en una plancha ardiendo, para posteriormente ser bañados de aceite y aderezados con granos de pimienta y sal. Despues de algunos minutos, con una maestría y habilidad digna de un cirujano, la persona toma una espátula y un cuchillo, dejando al sazonado bistec en tiritas, las cuales monta en unos panes previamente untados de mayonesa. Y para coronar tal obra, agrega lechuga, tomate, y un aguacate que pasa los instantes previos a su fin untado en una de las mitades del pan.
Me lo entrega, y paso a formar parte del grupo de comensales, entre los que destacan boleros, periodiqueros, taxista y vendedores ambulantes, que se agrupan debajo de un techo de lámina localizado en el parque Chamizal, el cual cuenta con un mesabanco de fierro de unos 5 metros de longitud, donde tomo mi lugar y empiezo a deleitar mi paladar con los pedacitos de bistec sazonados y el pan caliente, que deja escapar una pequeña nubecita de humo que llega a mi nariz, complementando el deleite de sabor, haciendolo ahora olfativo.
Pequeños sonidos empiezan a escucharse en el techo de lámina. Las gotas de lluvia, escasas pero grandes, se impactan con la estructura en la que estoy y contra el "Bosque" del Chamizal, formando un hermoso paisaje pues la gotas bañan a los arboles y de pronto se vienen marejadas de aire fresco y limpio, como lo es aire de un bosque recien mojado por la lluvia.
Termino mi lonche de adobada. Los bocados que le di fueron acompañados por sorbos de una bebida negra a la que me he hecho adicto ultimamente. El envase de color rojo va a parar momentaneamente a un bote de basura, pues no tardará seguramente mucho tiempo en ser recolectado por algun reciclador.
La lluvia había mandado a sus emisarios a buscarme cuando estaba debajo del techo. Ahora ya me ha descubierto, y se lanza sobre mi con fuerza, pero no puedo detenerme, falta media hora para reunirme con Bere en el punto y yo aún estoy muy lejos del lugar.
Camino debajo de la lluvia, para asombro de mis antiguos comensales, y mi ropa empieza a cambiar su tonalidad de color, señal de que se esta mojando.
Aquí pasa algo curioso, la lluvia al mojarme me alegra. Me siento feliz, muy vivo, fresco. El aire se siente limpio, sano. Sigo caminando, y la lluvia no solo moja mi ropa, sino mis recuerdos, quitándoles capaz de polvo que habían acumulado por mucho tiempo, y empiezo a recordar.
Veo y paso por debajo del puente peatonal, ese donde alguna vez dejaron una "narcomanta" algún grupo de sicarios, con dedicatoria para un grupo rival. Pero gracias a la lluvia, que ha limpiado mis recuerdos, mi mente se va mucho mas alla. Al año en que por ese mismo puente peatonal subi a lo mas alto, junto a mi primer novia, y nos besamos en un beso tierno y nervioso.
A mi derecha sigue el parque Chamizal, donde otros sicarios mataron a unos patrulleros que hacían guardia en su interior. En ese parque pasé varios de los momentos mas felices de mi vida. Con mi familia, en los dias de campo, cuando corría con mi papa para ir al Maratón de Los Angeles. Aquella carne asada con unos ex suegros. Ahí fuí con una novia a enterrar a una de sus mascotas bajo la sombra de un árbol.
Paso por el puente Carlos Villareal, donde una mujer fue perseguida y asesinada cuando venia del paso. Veo a mi derecha a Electric Q, la discoteca de moda donde pase momentos felices en la preparatoria. Mis primeros bailes, tardeadas, aceptaciones y rechazos. Del lado izquierdo veo el Rodeo de Medianoche. Ahi ejecutaron a un individuo en su camioneta de lujo. Ahí tambien fue la primer vez que lleve a mi hermano a un baile de su escuela. Fuí el "chaperon".
Mas adelante, llego al cruce de la calle Lincoln con Hermanos Escobar, donde un comando ejecutó a 6 personas, justo enfrente de las oficinas de la PGR.
Finalmente llego a plaza de las Americas. Ahí quemaron el lugar mas famoso de baile de aca de Juárez, el "Vaqueras y Broncos" por no pagar cuota a un grupo armado. Mataron a su dueño. En otro lado del estacionamiento de la misma plaza mataron a una persona y a un lavacoches que acababa de lavarle el vehículo a la otra victima.
Ahi mismo veo el Centro Cultural, donde fue mi ceremonia de graduación de la secundaria y tambien la primea graduación de mi hija. A lo lejos, pero ahi mismo tambien se ve el museo del INBA, donde alguna vez fui con una novia a investigar como parte de un Rally en el que participe.
Mis ropas estan empapadas, pero no importa. Me siento contento de haber recordado tantas cosas. Mi cabello cae sobre mi frente y aun siguen descendiendo gotas de agua por mi rostro. Llego con Bere y la pregunta inminente:
Que te paso?? Porque vienes asi todo mojado?? Te hubieas esperado, o me hubieras hablado, para que te vienes asi, bla, bla, bla....
BREVIARIO CULTURAL: Las alergias son una reacción del organismo que trata de defender al cuerpo. Es por eso que cuando nos exponemos a un alergéno como el pólen, el cuerpo cierra la garganta para evitar que el elemento extraño ingrese. El problema es que el cuerpo no ve o no sabe que le hace más daño al organismo al cerrar la garganta, pues no nos permite respirar. Pero en resúmen, eso es lo que pasa con una alergía.
Por que les platico esto? Porque mi cuerpo actua como si fuera alérgico a la palabrería de mi esposa, y despues del primer bla, bla, mis oídos se cerraron y no escuche nada más. Mi mente regreso al recorrido que acababa de hacer, y una sonrisa se dibujo en mi rostro.
Pasaran muchas cosas malas en mi ciudad, yo he sido testigo. Pero la lluvia de esa tarde me limpio la mente, y trajo de nuevo tantos recuerdos. Nunca me iría de mi ciudad. Amo estas calles, estos parques, esta gente, cada rincón de esta hermosa ciudad donde estan todos mis recuerdos. Es increible lo bien que me hizo Una caminata bajo la lluvia.