UNA HISTORIA REAL COMO TANTAS OTRAS...
Salió del baño del hotel con una toalla enredada en la cintura. Se dirigió al balcón del 9no piso y pudo ver la inmensidad de la ciudad de Monterrey. Regreso a la cama, descolgó del porta trajes primero el pantalón, luego el saco. Se unto la cara y el pecho de perfume, de ese que tenía ya años usando. Se abotonó la camisa y se ciño el traje. Tomo la tarjeta electrónica que abría su puerta de habitación. Marcó a la recepción para ver si ya tendrían el taxi que había solicitado minutos antes de meterse a bañar.
- Está listo señor.
Colgó el teléfono, suspiro. Era hora de ir. El momento que había dado vueltas y vueltas en su cabeza los últimos meses por fin había llegado.
Las puertas del elevador se abrieron y salió al elegante vestíbulo. Un admirador lo reconoció.
- Señor, me puede dar su autógrafo? Es más, me puede firmar su libro?
- Claro que sí. A que nombre?
- Sebastián, señor.
Empezó la rutina que había ido repitiendo mes tras meses el ultimo año.
- Muchas gracias.
- No hay de que, con permiso.
Salió a la entrada del hotel, donde ya lo esperaba el taxi que había solicitado.
- A donde caballero?
- Conoce la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús?
- Claro que si señor.
- Lléveme ahí entonces – Volteó a ver su reloj – Rápido por favor, voy retrasado.
- A la orden.
El taxi emprendió veloz la marcha y se perdió entre la mancha vehicular que circulaba por las calles de Monterrey a esa hora.
El vuelo en primera clase para llegar a la ciudad había sido demasiado lento para su punto de vista, pero parecía ser que llegaría a su destino final a tiempo.
Afuera de la iglesia del Sagrado Corazón todo era alegría, la cual se incremento cuando llego la novia ataviada de blanco y con una sonrisa espectacular. Entro a la iglesia adornada con rosas blancas que además de darle una vistosidad muy hermosa, perfumaba el ambiente de forma natural.
De pronto ya no había gente fuera de la iglesia. Solo un taxi que llego velozmente. El pasajero le dio un fajo de billetes al conductor y salió corriendo a toda prisa elegantemente vestido.
- Debo de llegar a tiempo.
La puerta de la iglesia se abrió de repente. Los novios estaban hasta el frente, recibiendo palabras del sacerdote que oficiaba la misa.
- Sacerdote: Y si hay alguien que se oponga al enlace de esta pareja, que hable ahora o que calle para siempre.
- Yo me opongo!
Una voz que provenía del fondo de la iglesia hizo voltear con cara de asombro a toda la gente, que empezó a murmurar mientras la persona elegantemente vestida caminaba con paso firme y decidido al altar.
- No los puede casar padre, porque yo amo a esta mujer.
- Ella: Como te atreves a presentarte aquí? Estás loco?
- Él: Necesito hablar contigo.
- Padre: Hijos, les sugiero que si tienen algo que decirse, lo hagan en el cuarto de al lado.
- Ella: No padre, este señor y yo no tenemos nada de qué hablar.
- Él: Insisto.
- Novio: Ve amor, déjale de una vez en claro que esto no puede seguir así.
No muy convencida, ella se levanto y fue seguida del hombre de traje impecable.
- Ella: Que es lo que quieres?
- Él: A ti.
- Ella: Pues es muy tarde para eso, no crees?
- Él: Nunca es tarde para nada.
- Ella: Pues para nosotros si. Ya tuvimos nuestro tiempo, nuestra era. Guarda un buen recuerdo de lo que tuvimos y olvida lo demás. Yo rehíce mi vida despues de nuestro divorcio, haz lo mismo tu también.
- Él: No puedo. Tú eres parte del pasado, del presente, y el futuro no lo veo sin ti.
- Ella: Tuviste la oportunidad hace 3 años, te pedí que me acompañaras y cual fue tu respuesta?
- Él: Dije que no lo sabía.
- Ella: Preferiste quedarte allá, hiciste tu vida, triunfaste como escritor, tienes lo que siempre quisiste, yo también. Alguien que me apoya, que me da amor, que esta ahí para mí siempre.
- Él: Pero…
- Ella: Nada de peros, te pedí que vinieras conmigo, no quisiste, no me aseguraste nada, solamente ese “No se”.
Lamento mucho esto, me hubiera gustado que las cosas hubieran sido de otro modo, pero no hay marcha atrás. Ahí afuera hay un hombre que me complementa, que me llena, que merece todo mi respeto y mi amor, y te pido que lo entiendas. Lo nuestro nunca volverá a ser. Hoy empiezo otra vida, otra vida en la que tú ya no apareces. Hace 3 años, cuando te pedí acompañarme y no quisiste, propiciaste todo esto. Lo siento, pero me tengo que ir.
Salió de la habitación, se reunión con su futuro esposo y la persona elegantemente vestida salió por un costado de las bancas, ante la mirada de morbo y burla de los invitados.
- Prosiga padre. Dijeron ambos novios.
El famoso escritor salió de la iglesia. Se aflojo el cuello de la camisa y se deshizo la corbata.
Sintió que una mano le jalaba el abrigo.
- Yo voy contigo.
Una hermosa joven de algunos 14 años lo miraba con la cara llena de lágrimas.
- Él: No amor, tu quédate, ella te necesita.
- Ella: No papá, tú me necesitas más en este momento y no te voy a dejar solo.
Se abrazaron y las lágrimas de ambos cayeron al piso de cantera de la explanada principal de la iglesia.
- Ella: Entonces?
Un sobresalto lo despertó de su visión.
- Él: Que?
- Ella: Que entonces que dices Diesel? Si me voy a Monterrey a ejercer en una de las plazas de trabajo que se abren en el IMSS, te irías conmigo más adelante? Cuando termines de nuevo la Universidad?
Todo había sido un sueño... o quizás una visión?
- Él: No lo sé Bere... No lo sé.