miércoles, 27 de mayo de 2015

EL VIAJE DE ESTUDIOS A CHIHUAHUA AL TORNEO DE AJEDREZ. (COMPLETO).


Después de 6 años en que empece a escribir esta historia, y hace casi 20 de que sucedió, por fin aquí esta completa.


PRÓLOGO.

- Jaque Mate.


La sorpresa invadió a mi papá. Acababa de ganarle al ajedrez, siendo que apenas me había enseñado unas horas antes. Era el año de 1990 en Ciudad Juárez.
El ajedrez se hizo mi vicio durante mucho tiempo. Lo jugaba en la secundaria en las horas libres, cuando iba con mis amigos a la biblioteca de la Secundaria Estatal Numero 2. En vez de solicitar algún libro, pedíamos el tablero de ajedrez, y pasábamos la hora libre en incansables partidas, donde los triunfos eran repartidos entre todos nosotros.

CAPITULO 1.

Varios años después, decidí entrar a una actividad extraescolar en el colegio de Bachilleres número 5, donde yo era alumno del 4to grado. Dicha actividad extraescolar era Ajedrez.

El maestro que impartía la clase nos ponía a jugar entre los miembros de la clase (algunos 9) y de vez en cuando nos enseñaba alguna jugada, o nos ponía a jugar contra él, de uno en uno, o todos juntos contra él.




Cierto día salió la convocatoria para un torneo intramuros de ajedrez, donde el primer y segundo lugar obtendría el pase para representar a la escuela en los próximos concursos académicos en la ciudad de Chihuahua. Dicho concurso académico se hacía año con año, desarrollándose en diferentes puntos del estado y solamente de los Colegios de Bachilleres.

Algunas de las “disciplinas” que competían eran Español, Matemáticas, Física, Teatro, Ciencias Sociales, Canto, Declamación, Ciencias Naturales, y por supuesto, Ajedrez.

- Estas pensando lo mismo que yo? - me dijo Fernando, mi mejor amigo en ese entonces-.

- Drago: Mmmm, ps creo que sí. Pero donde conseguimos un tractor para echarle 10 litros de licuado de durazno a su tanque del diesel ? :S




- Fernando: No, eso no! Vamos a entrar al Torneo!


- Drago: Mmmm no sé, nos van a poner una arrastrada.


- Fernando: Nombre que va, tú ya estás en la clase de ajedrez y yo más o menos se.


Total que la insistencia de mi amigo me convenció, pero más que eso una razón secreta que de solo pensar que fuera a resultar, me llenaba de emoción.





En ese entonces yo estaba perdido y locamente enamorado de una chava que había conocido de vista unos dos años antes. Alumna del Colegio al igual que yo y que según yo sabía, era super nerd. Su nombre, Mayra Rodríguez. Era bonita, inteligente y con uno de los mejores promedios de la escuela. No era difícil pues, imaginarse que con ese gran promedio pudiera asistir a las competencias en Chihuahua, esto por ser buena en diferentes materias. Mi idea era que tenía que ir a representarnos por solicitud de algún maestro, ya fuera en Matemáticas, Física o Naturales.


El día señalado llego. Era un sábado, pase por mi amigo Fernando y nos fuimos caminando a las instalaciones del Bachilleres 5, donde en los salones de dibujo se acondicionaría el escenario para jugar.


Vi a varios alumnos conocidos, otros no tanto, y otros de plano que nunca había visto. Estaban los dos jugadores que habían ido a representar al colegio el año anterior, uno llamado Guillermo y el otro León. Estaba también una chava que iba a participar, y mi amigo Fernando y yo. En total éramos como 16 personas.


El torneo iba a empezar con rondas suizas, ésto era uno contra uno y el que perdiera se iba ir eliminando y al final quedar 1 contra 1. Esos últimos dos irían a la ciudad de Chihuahua por una semana, con ausencia a las clases justificadas, hospedaje y alimentos en casa de alumnos de Chihuahua que nos “adoptarían” por una semana, y más que nada, el honor de representar a Bachilleres 5 de Juárez en los juegos académicos hasta la ciudad de Chihuahua.







El sorteo se llevó a cabo y no podía creer mi mala suerte cuando de pronto…


CAPITULO 2.


Fernando Garcidueñas va contra Drago Armani.


En la mother! el primer encuentro que me tocaba jugar era contra mi amigo :S

Ya nos sentamos, saque mi ajedrez de madera con hueso y le di a escoger.

- Blancas, me dijo. No me vayas a ganar rápido eh?


- Drago: No, no, échale ganas y veras que estará parejo.


5 minutos después…


- Drago: Jaque Mate :S


- Fer: Que?? Cómo? No, no, otra vez!


- Drago: Ay Fernando no manches, te hice jaque al pastor, esa es básica.






- Fer: Shhh no les digas nada, otra vez, vamos a acomodarlas de nuevo.


- Drago: Bueno, pero pon más atención.


- Fer: Si.


4 minutos después.


- Drago: Jaque Mate.


- Fer: que? otra vez?!


- Drago: Ps no manches, te volví a hacer el jaque al pastor pero con una variante :S


- Fer: Otra vez, ándale, otra y ya.


- Drago: Bueno. La última.


Y es que los demás ya estaban terminando sus partidas.


Ahora si tardamos como 20 minutos.


- Drago: Jaque mate.


- Fer: Otra vez! Otra oportunidad!


- Drago: Nah Fernando no manches, ya, nos van a regañar :S


Total que no de muy buena gana aceptó y ya le hablamos a los encargados, vinieron, verificaron y me dieron el pase a la siguiente ronda.


Esta vez me toco contra la chava, y con algo de dificultad le pude ganar a los 25 o 30 minutos.




Nuevamente vinieron los encargados y me dieron el pase a la siguiente ronda, donde en caso de ganar pasaba a la final.

Mi siguiente juego era contra uno de los dos participantes que habían ido a representar a la escuela el año anterior. El chavo se llamaba León de la Rosa, hijo de un político de Juárez.


Era medio raro. Gordito, vestía de short y playera negra de rock, usaba un Bombín negro, y un walkman que aunque lo tenía puesto en sus oídos, se alcanzaba a escuchar la música de heavy metal a todo lo que daba.


Nos sentamos y yo la verdad estaba muy nervioso, había escuchado comentarios de que era muy bueno.


- León: Te molesta si durante la partida uso mi walkman?


- Drago: No, no adelante (por mi distráete todo lo que quieras we!), no me molesta.


Se los puso y empezó el juego.


Su estilo de juego era muy agresivo, comiéndome piezas por piezas, es decir, me comía alguna pieza importante, sabiendo de antemano que yo la tenía protegida con otra pieza y que me lo comería.


Decía el maestro que esta es una de las cualidades de los jugadores que saben usar bien las pocas piezas que tienen, por lo que no les importa hacer ataques “kamikaze” desde un principio, por lo que me puse un poco más nervioso.




La partida iba pareja, pero poco a poco me empezaba a acorralar. La opción del enrroque ya la había usado, por lo que tenía arrinconado a mi rey, y León se estaba acercando peligrosamente tomando posiciones estratégicas.


Y entonces sucedió. Lo vi nervioso, tarareaba las canciones de su walkman y de pronto empezó a llevar el ritmo de la canción tocando el tablero una y otra vez por un lado.

“Me está queriendo distraer”. Esa técnica ya la había usado yo antes, cuando te das cuenta que tienes una jugada que te hará daño o te hará incluso perder, tratas de hacer “Borlote” o distraer a tu rival preguntándole alguna cosa, golpeando una pieza que ya este fuera del tablero, para distraer la mirada y la atención de tu contrincante.

De pronto lo vi…


CAPITULO 3.


Enfrente de su rey estaba una casilla vacía, la cual estaba protegida por un salto de mi caballo, por lo que podría colocar alguna pieza ahí y ésta quedaba automáticamente cuidada por el equino. Y esa pieza no podía ser otra que… mi reina!! Que tenía el camino libre para llegar hasta allá!






Analicé la situación. Los puristas del ajedrez dicen que si uno dice jaque mate y no es, por honor debemos de tirar al rey (Autodeclarándonos perdedores y abandonando la partida) o que si decíamos jaque, y después de varios segundos, mate, por no estar seguros, tampoco contaba. Teníamos que decir jaque mate, seguido, y que en realidad lo fuera.
Vi todas las opciones, no tenía escapatoria. Pero, era León! Era de los mejores jugadores, el que ya había ido antes! Ni hablar, me arriesgue:


Tome la enorme figura que representaba a la compañera del rey. Mis dedos la fueron deslizando hasta la casilla que quedaba libre, enfrente del rey contrario, León dejo de tararear y de golpear con su dedos, clavando sus ojos en mí. Lentamente abrí mis labios y pronuncie las fatídicas palabras que todo jugador no quiere escuchar en los labios de sus adversarios:


- Drago: Jaque Mate.


- León: Chin!


Tomó su Bombín y lo aventó al suelo.





- León: Bien jugado.


- Drago: Gracias, bien jugado tú también.


Le hablamos a los organizadores, que se sorprendieron de que yo hubiera sido el ganador, pues ellos ya conocían a León del año anterior.

Salí con mi amigo Fernando a esperar a que terminara la otra semifinal. Fuimos a tomar agua cuando vi que venía caminando uno de los semifinalistas que había estado jugando todavía, la partida de él había terminado. Se dirigió a nosotros:

- Quien de ustedes es Drago??


- Drago: Yo.


- Felicidades, iremos nosotros dos a Chihuahua a representar a la escuela.


- Drago: Ya??? No tenemos que jugar entre nosotros???


- No, no tiene caso, te di el primer lugar, ya vamos a ir los dos, no tiene caso que juguemos.


Y así fue como gane el primer lugar de Bachilleres 5, sin jugar el último partido.


De pronto me di cuenta de lo que pasaba. Iría una semana a representar a mi escuela, aunque ni siquiera había pedido permiso en mi casa ni nada por el estilo. No sabía si estaba listo.


Total que le comente a mis padres, lo cual pareció darles mucho orgullo y claro que me dieron el permiso de ir.

Ese día del viaje, 1 de mayo de 1994, nos citaron en la escuela desde las 6 am. Un camión escolar, de esos amarillos nos esperaba para partir rumbo a la ciudad de Chihuahua.

El corazón me latía aprisa. Primero porque era un viaje a lo desconocido, lejos de mi familia una semana, de la cual muy pocas veces, si no es que nunca, me había separado.


La otra razón, es porque quizás de un momento a otro llegaría Mayra Rodríguez, la chica de la cual, como comenté en el capítulo anterior, estaba locamente enamorado, y que era muy probable que fuera para representar a la escuela en alguna materia, ya que les recuerdo, era muy aplicada y el mejor promedio de la escuela.






Subí al autobús, me despedí de mis padres, y me pegue al asiento de la ventana, más o menos a la mitad del autobús.


Quedaba un asiento libre a mi lado, el cual para mi sorpresa y asombro, fue ocupado por…


CAPITULO 4.


La persona que se sentó a mi lado era Nidia Cárdenas. Ella era el mejor promedio de la escuela, y después seguía Mayra.


A Nidia yo la había visto antes en la secundaria donde yo había estado, y ahí también había sacado el primer lugar de la generación, motivo por el cual en la graduación le dieron un reconocimiento por haber obtenido 10 perfecto en los 3 años que curso la secundaria.


- Nidia: Esta ocupado?


- Drago: No, no, adelante.

De hecho, alguna vez hable de ella en otro post, sin mencionar su nombre. Fue en el post de los Nerds, que nos unimos contra un profesor que nos trataba muy mal. Nidia era la estudiante que no quería salirse del salón antes de que llegara el profe, como todos nosotros, porque no quería tener una falta. ¬¬


El camión emprendió el camino y mi ilusión o deseo de ver a Mayra subirse de último momento al vehículo no sucedió.


Íbamos saliendo de Juárez cuando Nidia saco su lonche. Una bolsa de pan Bimbo con chanwises de… huevo con chorizo???





Ah poco esto comen los Nerds??? Pues no supe, pero la verdad si me dio mucho asco el olorcito, y agradecí mucho a Diosito que no me convidara. Abrí disimuladamente la ventana, puse en mi walkman un casette, si, casette XD de Guns And Roses, y me preparé mentalmente para aguantar el viajecito.


Nada iba como yo lo había planeado. Iba en camino a lo desconocido por una semana, con una nerd al lado comiendo chanwises de huevo con chorizo, y otros compañeros con una grabadora a todo volumen escuchando una canción medio obscena que decía: ”La cabra, la cabra la… voladilla de la cabra, la… voladilla que la parió…” :S No, ps puro éxito instrumental y filarmónico jajaja, y eso que éramos la "creme de la creme" de la intelectualidad de Bachilleres XD


Llegamos a Chihuahua después de 5 horas y media, oliendo a huevo con chorizo, todos mareados, cansados y fastidiados. El camión llego a un gimnasio, que estaba al lado del plantel 1 de Bachilleres, donde me tocaría sufrir otra situación, de ese tipo de situaciones, el cual fue…


CAPITULO 5.


Ahí nos sentaron a todos en las gradas y trajeron a varios chavos y chavas, que nos “escogieron” para irnos con ellos. Ellos eran los anfitriones, estudiantes de bachilleres en Chihuas Capital que, a cambio de puntos extras en sus clases o no sé qué, se comprometieron a darnos hospedaje, comida y asesoría sobre a donde ir, en lo referente a los sitios donde se llevarían las competencias.


Me sentía así como en la escuela cuando escogían los integrantes de los equipos y que no quedaba uno luego, luego. Me tocó estar ahí al lado del compañero que competiría junto conmigo en el torneo de ajedrez, aquel que me “había dado” el primer lugar en Juárez. Vino un chavo y se lo llevo, me deseó suerte.


En eso vino un maestro con una chava medio bonita, de cabello castaño claro, largo, largo hasta la cintura; de algunos 16 años; tez blanca. Le dijo:

- Entonces señorita, se lo lleva?

- Mmmm pues sí, está bien.





La verdad me sentí como si me estuvieran vendiendo.

Y así, de pronto, ya tenía hospedaje. La chava medio cohibida aún, al igual que yo, no articulaba palabras, solo me decía: Por acá, por allá, vamos para acá. Etc.

Salimos y tomamos una ruta (camión) y le pedí que me permitiera pagar a mí, tanto mi pasaje, como el suyo y el de una amiga que la acompañaba.
 

Me quisieron dar sus credenciales para que pagar con credencial y les dieran descuento, pero les dije que así estaba bien. (La verdad a mí siempre me dió y me da aún pena pagar con credencial). Ya me dijo que se llamaba María Eugenia, pero le decían “Geni”, y así le empecé a decir yo también.

Bajamos en el centro de Chihuahua, caminamos por una calle llamada Libertad (ellas le decían “La Liber”). En un puesto callejero de fayuca vi algo que me llamo mucho la atención: una navaja con su estuche de piel. Yo traía dinero que mi papá me acababa de dar para gastos imprevistos, y esta navaja era un gasto imprevisto jojojo, así que la compré. 

Seguimos caminando y les invite unos tacos, cosa que ellas no querían aceptar, pero de repente me entro el espíritu del “Yo pago”, y así les pague los tacos y luego les pedí que nos detuviéramos en un local de videojuegos, compre fichas y nos las repartí. Salimos al rato para tomar el siguiente camión.






La amiga de Geni se bajó en el trayecto, y ella y yo llegamos por fin a una parada, donde bajamos y caminamos aún algunas cuadras sin pavimentar. Llegamos al frente de una casa de dos pisos. Me presento con sus papás y su hermano, muy buenas gente los 3, y me acompañaron a una especie de pasillo acondicionado como recamara, con una pequeña cama y un buró.

Les pedí me acompañaran a hablar por teléfono a mi casa para avisar que ya había llegado, y aceptaron (Geni y su hermano). Ellos no tenían teléfono, por eso es que salimos a buscar uno público, el cual encontramos unas cuadras después.

Cuando hable me contestó mi papá, y casi inmediatamente me contó:

- Papá: Oye que crees que paso? A que no sabes quién se murió?...
 

La noticia que me dio me dejó en shock

CAPITULO 6.

Mi padre y yo éramos fanáticos de la fórmula 1 de automovilismo, y la noticia que recién me daba me puso triste de inmediato. Había muerto ese día por la mañana el piloto de carreras Ayrton Sena Da Silva en el autódromo de Imola en Italia, a consecuencia de estrellar su auto contra un muro de contención. Colgué y les comente a Geni y a su hermano:




- Drago: Se murió Senna.


Ellos se miraron sorprendidos y me dijeron:


- Quien era? Familiar tuyo.

Ya les expliqué que no, que era un piloto brasileño muy bueno. Nos retiramos a su casa, no sin antes pasar por un videoclub donde rentaron las películas de “Mi pobre angelito” 1 y 2. Me invitaron a verlas con ellos una vez que llegamos a la casa, pero amablemente decliné la oferta. Estaba cansado del viaje y me retire al pasillo acondicionado para mí como cuartito, me quite los zapatos, levante las cobijas y me acosté con un cúmulo de emociones que giraban en mi mente, hasta caer rendido por el sueño en un profundo letargo del que salí hasta la mañana siguiente.
CAPITULO 7.

Geni se ofreció amablemente a acompañarme al Colegio de Bachilleres Número 2, en cuya biblioteca se llevarían a cabo los concursos de redacción y de Ajedrez.

Me dejo en la puerta del plantel y ella se iría al Bachilleres 1, donde ella estudiaba, pues a pesar de que le habían sido perdonadas las inasistencias durante esa semana en que me acompañaría, tenía que ir a entregar un trabajo escolar.

Me dijo cual camión tomar de regreso a la colonia donde vivía y entré a la mencionada biblioteca, donde me esperaba mi profesor de ajedrez y mi otro compañero.

Ahí me enteré que entre los participantes estaba un jugador con puntaje internacional de ajedrecista, pues había asistido a varios nacionales e incluso a un mundial juvenil de ajedrez en Panamá.





Nos registramos y quedamos libres de retirarnos. Mi compañero me dijo que su anfitrión era una persona muy pudiente, que tenía una gran recamara para él solo, que la noche anterior lo habían llevado a pasear por toda la ciudad en un muy buen auto, y que lo habían llevado a cenar unos cortes de carne en un restaurante conocido en la capital.

Siendo sinceros vi el contraste de lo que yo tenía y no me importó, pues a pesar de quedarme en una colonia retirada, sin pavimentar, con un poquito de carencias, pues las personas que me habían tocado parecían ser buenas personas.

Me retiré a tomar el autobús, no sin antes buscar algo de comer en el centro de la ciudad.

Llegué a un Kentucky Fried Chicken, lo que actualmente se conoce como KFC, que se encontraba a la orilla de un canal o río que cruza de lado a lado la ciudad de Chihuahua. Pedí mi combo de dos piezas con puré y ensalada más un bísquet y me subí al segundo piso del local, donde estaba el área de comedor, cuando de pronto al voltear a una mesa frente a mí me quedé muy sorprendido cuando de pronto vi a…


CAPITULO 8.


Frente a mí se encontraba una familia rubia con indumentaria de finales del siglo antepasado quizás, hablando en un idioma totalmente desconocido para mí. Eran pues las personas, incluyendo a los que parecían ser los padres e hijos, de una blancura excesiva y de unos ojos color azul profundo.

Pensé que serían rusos o alemanes, y casi, casi, estuve tentado a ir a pedirles un autógrafo.






Años después me enteraría que esas personas son muy comunes, principalmente en el centro y sur del estado y son llamados: Menonitas. Inmigrantes alemanes en su mayoría que adoptaron la vida sencilla en el campo como método de vida, y que están diseminados en colonias alrededor del mundo, una de las más importantes, cerca de la ciudad de Cuauhtémoc, a solo una hora de la ciudad de Chihuahua.

Terminé de comer y salí por las calles de la ciudad, yo no conocía bien y todo era nuevo para mí. Me acompañaba solamente la navaja que había yo comprado al llegar a la ciudad, y para ser sincero, me daba un sentimiento de seguridad poder contar con un arma.


Pasé por un cine que me llamó la atención, al acercarme más pude ver los títulos y entendí que era un cine para adultos.

Había ya sacado yo mi pre-cartilla, pues aunque me faltaba 1 año aun para ser mayor de edad, esa pre-cartilla me había permitido entrar a algún bar con mis amigos o comprar alguna que otra cerveza en un expendio. Así que pensando en hacer lo que aún me faltaba para de una vez por todas entrar de lleno en la etapa adulta, decidí probar y ver si podía comprar un boleto y entrar a la función de cine para adultos.


Llámenlo destino, casualidad o no sé qué, pero al irme acercando a la taquilla empezaron a salir los clientes o cinéfilos de la función que se había terminado recién. Entre ella pude apreciar, sin menospreciar a nadie, personas extrañas que de momento me dieron miedo, personas por demás humildes, sucios, con cara de pervertidos, algunos cargando su costal de botes de aluminio. Etc.





Me di media vuelta y decidí nunca ir a un lugar así. Y lo he cumplido, aun 20 años después.

Tome el camión donde me había indicado Geni, cerca de un hotel muy famoso y céntrico en Chihuahua llamado Hotel Palacio del Sol. Tome el camión, llegué a la calle donde me había bajado la tarde anterior con Geni y su hermano, y llegue caminando al domicilio, donde de nueva cuenta decline la cena que amablemente me ofrecieron.

Volví a quedar dormido, pensando en el torneo que empezaba al día siguiente, en los “Rusos” que había visto en el restaurante y en lo que había pasado en el cine, donde casi cometía la estupidez de entrar y quizás quedar con un recuerdo no grato, que hubiera sido difícil desaparecer de mi vida alguna vez, y que afortunadamente, no había sucedido. Eso y muchas cosas más pensaba, cuando por segundo día consecutivo, el sueño llego a mí y me perdí del mundo por unas horas hasta el siguiente día.

CAPITULO 9.

Llegue esta vez por mi cuenta al Bachilleres 2. Dispensé a Geni del encargo de llevarme y traerme y me avisaron que me tocaría con un jugador de un Bachilleres 6, de Ciudad Juárez. Jugamos aproximadamente una hora. El Chavo jugaba muy bien y al comerme sus piezas y dejarle solo al rey, nos empezaron a contar los 15 movimientos, en los que tendría que hacerle jaque mate, o empataríamos, cosa que finalmente sucedió. Nos estrechamos las manos y nos pidieron que esperáramos para nuestro siguiente encuentro, pues los demás partidos aún se estaban realizando.

Yo pensaba que nos habíamos tardado mucho, cuando con sorpresa me enteré que algunos jugadores, entre ellos el otro jugador de Bachilleres 5, al cual representábamos, se estaban tardando hasta 1 hora, en mover una sola pieza. O_o

Otro jugador había terminado cuando me llamaron a sentarme enfrente de un tablero, la partida con mi siguiente oponente iba a iniciar. Cuando se sentó delante de mí, no lo podía creer, lo que me faltaba!


CAPITULO 10.


La persona que se sentó frente a mí era el favorito del certamen, el chavo con ranking mundial.

Nos saludamos, escogí piezas blancas y por única ocasión no empecé con el movimiento peón 4 rey, encaminado a realizar el jaque al pastor. Sabía que sería una falta de respeto pensar que Él pudiera siquiera caer en semejante jugada básica.

El juego empezó parejo, el movía sus piezas y yo de principio podía ver sus movimientos, después me perdí un poco, pues a veces una pieza de él recorría el tablero de lado a lado comiéndome piezas importantes. Hasta que me puso en la situación de atacar a mi reina con su reina, lo que supondría que ambos la perderíamos. No se la comí, pero en cambio el si se comió la mía, a sabiendas de que yo la tenía cubierta y sería una reina por reina. Y así fue sucediendo, que empezamos a jugar piezas por piezas, hasta quedar casi con los puros peones y un caballo el, y los peones y un alfil yo.


Y aquí fue donde la cosa se puso buena. El mostró una maestría para mover los peones, a donde quiera que yo intentaba comerle uno, él los tenía protegidos o por otro peón, por su caballo o por su rey. Y así poco a poco movió todas sus piezas una tras otra, cubriéndose pero al mismo tiempo avanzando a la línea final, cuando por fin coronó varios peones convirtiéndolos en reinas. Mi final se acercaba.

- Jaque Mate – Me dijo con una voz grave como de tenor.
Sus profundos ojos verdes se me quedaban viendo.



Creo que ni voltee a ver el tablero, pues había sido solo cuestión de tiempo para que ocurriera el desenlace.
Le di la mano, me saludo y me dijo:

- Buen juego.


“Para ti” - pensé -


- Drago: Gracias, igualmente, eres muy bueno, me dio gusto haberte enfrentado.


- Échale ganas, nos vemos en otro torneo.

El siguió a la siguiente ronda, pero mientras eso ocurría se fue con su grupo de amigos, entre los que estaban varios chavos y chavas que eran como su grupito o club de fans. Creo que hasta entonces vi lo alto que era, y la melena güera que tenía, raro en un estudiante de Bachilleres, pues los prefectos son muy estrictos. Intuí que debido al prestigio que ese estudiante les daba en competencias internacionales tenía ciertos “privilegios”.
A mí me quedaba solo un juego más, ya sin aspiraciones a los primeros lugares.

De pronto me quedé pensando si habría sido buena idea venir al torneo. Estaba perdiendo clases, y a pesar de que casi todas mis faltas estaban justificadas, algo me estresaba. Era quizás la materia de dibujo Técnico Industrial, donde el profesor, un señor de algunos 70 años, no me había dejado ir de muy buena gana, diciéndome que era bajo mi propio riesgo el irme y faltar a su clase.

De nada sirvió que yo le dijera que regresando me pondría al corriente, que estaban justificadas mis faltas enseñándole una carta que la dirección del plantel me habían dado para enseñar a los maestros, no solo a mí, sino a todos los compañeros participantes en el certamen.

Eso estaba pensando cuando de pronto un suceso que no esperaba ocurrió en ese instante.

CAPITULO 11.


Varios muchachos participantes entraron a la biblioteca, nos andaban buscando. Eran compañeros de Bachilleres 5, al cual yo pertenecía, que se andaban dando vueltas por las sedes viendo las demás competencias. Uno de ellos me reconoció.

- Hola, como te fue?

- Drago: Estem…. Si… pues…. Maso. Empate uno y perdí otro. Todavía me falta otro partido pero ps a ver.


- No, no, ánimo, ánimo! Aquí andamos todos para apoyarnos. Suerte en tu siguiente partido.

Esos días, desde que había llegado a la ciudad, no habían sido tan buenos. Me sentía desencajado en mi entorno, pues era la primera vez que viajaba sin la compañía de mi familia. Pero al ver a mis compañeros me sentí de pronto “parte de algo”, no estaba solo, éramos un grupo de estudiantes en otra ciudad con un propósito en común, apoyarnos y sacar adelante el nombre de nuestra escuela.

Les agradecí el detalle, ellos se retiraron y no sé, me sentí como cuando en las olimpiadas veía que los participantes de otras disciplinas van a apoyar a otros participantes de su mismo país, y solo entonces, de pronto ya no me sentí tan solo, en la enorme ciudad de Chihuahua.


CAPITULO 12.


Aproveche que mi juego había sido cambiado para el siguiente día, pues algunos participantes aún seguían jugando la ronda previa.






Pase por el centro de Chihuahua y compre, Spray para el cabello y aguas de sabores Kool Aid, pues me había dado cuenta que la familia que me daba hospedaje habían mencionado que esos dos artículos (muy valiosos e importantes para ellos) eran escasos y muy preciados por ellos, tanto que escondían los sobrecitos de Kool Aid por toda la casa para que los demás no los encontraran.

Seguía caminando por el centro cuando me encontré a otro chavo llamado Leonardo. Él era competidor de un colegio de Bachilleres de ahí, de la capital. Lo conocí en unas rondas previas en el torneo. Él era el compañero de él chavo que era el favorito y con el cual yo acababa de perder. Rápidamente hicimos amistad y caminamos un rato por el centro de Chihuahua, y siendo él de esa ciudad pues me acompaño a conocer un poco más.

Me comentó que el jugador con el que había jugado yo anteriormente era una especie de “superdotado” mentalmente, pues además de jugar muy bien al ajedrez, era campeón nacional de damas, y tenía promedio perfecto en la escuela durante toda su vida.

Me alegro saber que al menos la persona que me había ganado no era cualquier jugador, devolviéndome poquito el ánimo, que estaba perdiendo, no tanto por el torneo, sino porque extrañaba a mi familia demasiado.

Llegué a la casa de las personas que me estaban dando alojamiento y se les ilumino la cara al ver una caja completa de Kool Aids y dos botes de spray para el cabello, no tendrían que usar limón como fijador en al menos un mes.






CAPITULO 13.


Ya era el siguiente día, llegue con una hora de anticipación al COBACH 2 donde sería la siguiente ronda. Encontré a unos compañeros de otras especialidades que me comentaron que la delegación de Juárez iba mal, con Chihuahua a la cabeza en las premiaciones.

Encontré a Leonardo y esperamos juntos el llamado para el juego, esperando a ver que oponente nos tocaba.

Salió uno de los organizadores y empezó a nombre a las parejas que jugarían de adversarios, cuando de pronto.

- Leonardo Beltrán va contra Drago Alberto Valencia…


- Drago: Que??? O_o

No manchen, me había tocado con la única persona que más o menos le hablaba. Nos volteamos a ver con cara de “Ps ya ni pex”.
Sorteamos las piezas y me toco piezas blancas. Con perdón de Leonardo pero esta vez si jugué p4r (peón cuatro rey), una jugada en que avanzo a la casilla cuatro al peón que tengo delante del rey para darle salida a un alfil y a la principal pieza de ataque que se mueve en todas direcciones: La reina.

Me respondió de inmediato moviendo su caballo que de un ágil salto brinco a su barrera de peones y se colocó en posición de defensa de la casilla a la que yo tendría que acceder si quería ejecutar la jugada del Jaque al Pastor.

Desistí de seguirlo intentado y le di movilidad a más piezas avanzando mi infantería. El hizo lo propio y en determinado punto del partido estábamos sacrificando piezas por piezas. El hizo enrroque para esconder a su rey y más adelante lo tuve que hacer yo también pues sus piezas se acercaban peligrosamente, así que lo escondí tras una torre. La masacre de peones y piezas seguía en aumento, pues en determinado momento del partido solo me estorbaban y no me dejaban avanzar mis mismas piezas.

Por fin quedamos casi con el tablero vacío, ahora era cuestión de evitar que… No podía ser…


CAPITULO 14.


De pronto vi como un peón de él estaba a dos movimientos de coronarse en reina, y lo peor es que las piezas que tenía no me permitirían alcanzarlo para detenerlo a menos que usara una jugada extra y yo pudiera avanzar una casilla más… Pero no fue así.

Siguió avanzando su peón y lo que en principio era una pequeña persecución de mi rey sobre su peón, ahora era una huida de su recién coronada reina. No pasó mucho tiempo para que me comiera mi única pieza importante aparte del rey, un caballo. Lo demás fue fácil, coronó otra reina y me orilló en un rincón…

- Leonardo: Jaque Mate.

- Drago: Bien jugado Leonardo.


- Leonardo: Bien jugado Drago.


Avanzo a la siguiente ronda y yo hasta ahí había llegado en el torneo. En la siguiente ronda le toco jugar contra su compañero, el favorito del torneo y perdió, jugando por el tercer lugar contra otro semifinalista, ganándolo.

Me despedí de él, pues aunque mi autobús saldría en dos días, con el poco dinero que me quedaba pensé en comprar mejor un boleto de autobús hacia Juárez al día siguiente e irme más cómodo de regreso, pero sobre todo, para ver de una vez a mi familia.

Me despedí de Leonardo, lo felicite por su tercer lugar y prometimos los dos seguir practicando y mejorando en el ajedrez, para así algún día encontrarnos de nuevo en algún otro torneo de Ajedrez, pero esta vez a nivel mundial, cosa que no sucedió aunque en ese momento lo dijimos con la más fuerte convicción que pudimos.


Llegué a la casa, empaque mis cosas y a la mañana siguiente me despedí de Geni que me había acompañado a la central para partir hacia Juárez.




En un papel me dio su dirección por si algún día le quería escribir, prometí hacerlo pero días después ese papel desapareció. Y así desapareció parte de la anécdota que viví en Chihuahua, pues nunca volví a saber de ella ni de su familia.

Y esa fue la única vez que fui a representar a mi escuela en un evento ya fuera académico o cultural. Llegando le di de regalo del 10 de mayo la navaja a mi madre, pues ya no tenía yo dinero para algún regalo más. Pensé que no la querría y me la regalaría pero no sucedió, y si se quedó con ella, navaja que creo haber visto todavía hace algunos meses por ahí arrumbada, después de ya hace 20 años.

FIN.
EPILOGO.
La banda de guerra de la escuela de Bachilleres tocaba con quizás no muy buena sincronía, pero si con mucho porte y corazón.



Estaba en la clase de Dibujo Técnico Industrial después de hacía un mes que había regresado de Chihuahua, y aún me ponía al corriente con los trabajos y láminas atrasadas por haberme ido casi una semana al concurso.

Nos pasaron a formar para rendirle honores a la bandera. Después de entonar el himno y ver a la bandera pasar, tomo el director el micrófono y empezó a recitar nombres, yo estaba absorto platicando con mis amigos, ignorándolo cuando de pronto.

- Director: Drago Alberto Valencia… reconocimiento por su destacada actuación en los Concursos Interbachilleres Zona Norte en la Ciudad de Chihuahua, en la disciplina de Ajedrez.

- Drago: Que???? O_o


Todos mis compañeros me voltearon a ver sorprendidos.


- Órale pásale al frente!


- Ve a recoger tu reconocimiento, te está esperando el director!

Sentí mis mejillas ardiendo de la vergüenza, cuando me abrí paso entre todos los alumnos que formaban un cuadrado alrededor de la cancha de usos múltiples. Llegué hasta enfrente y salude de mano al director, quien me extendió una especie de diploma que levante y enseñe a mis compañeros.
- A la bio, a la bao, a la bim, bom, ba! El Bachi, el bachi, ra ra ra!
Regresé y mis compañeros me rodearon para ver mi reconocimiento, apenas estábamos viéndolo mientras el director nombraba más alumnos para pasar al frente cuando.

- Director: Drago Alberto Valencia… por haber obtenido el primer lugar en el torneo de ajedrez intramuros en el instituto Bachilleres 5.


- Drago: No manchen! Otro??

Era el primer lugar que había ganado para poder asistir al concurso en Chihuahua, el que al final no había tenido que disputar, pues mi otro compañero me lo cedió.
Volví a pasar al frente a recibir mi diploma de primer lugar. Volví y mis compañeros empezaron con bromas como tocarme el cabello y fingir que se “traspasaban mi inteligencia” a ellos.

El profesor estricto de Dibujo me pidió mis diplomas para verlos. Los vió por unos segundos, me sonrió y me saludo diciéndome:





- Jaque… Mate.


Y yo así de: Emmmm este…. Si, jaque mate


A partir de ese momento el profesor cambió conmigo. Me dio prórroga para entregar mis láminas faltantes, y en todas y en cada una de las que le volví a entregar lo que restó del semestre me las calificó con 10, volviéndome a decir “Jaque Mate” cuando pasaba al frente con él a recogerlas. Y creo que ese fue en realidad mi único premio aparte de la experiencia de haber ido a representar a mi escuela a un certamen estatal.




Tres años después iría a un Viaje a Veracruz, donde pude participar con el equipo futbol y basquetbol de mi Universidad donde cursaba la carrera de odontología, no pudiendo hacerlo por causas ajenas a mí, pero esa y muchas historias más, como siempre, son otros relatos que algún día les contaré...

Saludos!


3 comentarios:

Rotsen dijo...

Por fin logre saber como termino la historia jajaja

Saludos.

Caballero de la Blanca Luna... Y Diesel. dijo...

Así es Rotsen, por fin se me quito la flojera de escribirlo, porque como te darás cuenta, esta larguita de leer, pero kilométrica de escribir XD Saludos!

Anónimo dijo...

Chingas a tu madre