ME ENCONTRÓ EL MUERTO.

En otras aventuras relatadas, les comenté sobre la extraña presencia de un ente sobrenatural, que, en las noches menos esperadas, irrumpe en mis sueños y me aprisiona a la cama, entrando yo en un estado de desesperación al no poder moverme, ni articular palabra alguna.

Éstos trances duran en teoría unos segundos, pero parecen una eternidad.

La última vez que los había tenído fué en la antigua casa de mis padres, cuando el ente del demonio se apoderó de mi y como de costumbre, no me dejó moverme, hablar e incluso respirar.

Ahora, con el cambio de residencia, tenía más de un mes sin sentir su presencia, pero ayer, volvió a ocurrir.

Serían las 2 de la mañana. El frío en Desertland estaba en su apogeo a esas horas de la madrugada. De pronto, al estar en mi habitación, oí un llanto. Era Diana, mi hija, llorando de miedo en su cuarto. Fuí y la acompañé un rato, pero debído a la hora de la noche que era, y también debido a la carga de cansancio y desveladas que he venído acumulando, me venció el sueño junto a mi hija. Entonces ocurrió:

Los momentos previos en donde estoy consiente de que el evento va a ocurrir, la confirmación de sentir la presencia extraña, la inmovilidad y, lo más reciente, no poder respirar, lo que aumenta la angustia durante el trance.

Por fin pude despertar cuando la falta de aire estaba a punto de asfixiarme.

Lo siguiente fue desconcierto, confusión, recobrar el aire perdido.

Me recosté de nuevo pensando que el "Muerto" me había encontrado por fin, y que ya se había tardado.

Me volví a dormir de nuevo, y nuevamente sucedió.

No se que hora habrá sido, pero casi por lo regular, por no decir que siempre, es una hora comprendida entre las 3 y 4 de la madrugada, la hora que según, es la hora del diablo y del mal, por ser lo contrario a las 3 de la tarde, hora en que se dice, murió Cristo.

Ni hablar, me dió tregua el muerto para acostumbrarme o adpatarme a la nueva casa, pero ya volvió. Y mejor me hago a la idea de que estara acompañandome para siempre...

Saludos!