LA HISTORIA DE COMO LLEGUE A CIUDAD JUÁREZ.(COMPLETA)

Por fin termine la actualización del post sobre como llegue hace más de 20 años a Ciudad Juarez, y todas las vivencias relacionadas con ese hecho, me acompañan?

Quiso el destino que mi madre diera a luz un 20 de enero de 1977 en Ciudad Victoria Tamaulipas a un hermoso bebé, que primero se pensó que había nacido con la deformidad de tener tres piernas, luego se sabría que una de esas piernas no era pierna, sino un rasgo distintivo de la virilidad de los hombres de la familia Armani jejeje (oh shingado, ¿Quien está contando la historia? ¿Ustedes o yo? Jajaja).

Y así crecí, en un pueblito enclavado (sin albur) al pie de la sierra madre oriental. Mi niñez fue feliz, y aunque carecía de lujos y riquezas puedo decir sin temor a equivocarme, que si volviera a nacer, desearía que todo volviera a ser exactamente igual.

Mientras tanto, mi padre, recién ingresado en mi nacimiento al mundo laboral, había conseguido un trabajo muy bien remunerado como ingeniero industrial en una ciudad al norte de Tamaulipas, y de ciudad Victoria, llamada Reynosa. Estaba Reynosa a 4 horas en autobús, y mi padre desde allá nos enviaba dinero cada semana, no así su presencia, que duraba a veces 3 o 4 semanas para volver a verle cuando venia solamente de fin de semana.

Un día mi madre se entero, “por azares del destino” que mi padre suplía sus noches de soledad en Reynosa con la presencia de una fémina, compañera de su trabajo, y estalló la bomba, mi madre lo corrió de nuestras vidas, y mi padre regreso a insistirle.

- Mi Padre: entiéndeme… Yo solo en Reynosa, el edificio solo, mi habitación sola, la iglesia sola… (ah no, eso es de un chiste jajaja)…

Para no hacerles largo el cuento, mi madre lo perdonó, con la condición de que nos llevara con él a Reynosa, y ser una familia como Dios mandaba.

Mi padre acepto, y ahí vamos todos, sin consultarnos ni a mis hermanos ni a mí, que teníamos a la sazón 11, 8 y 6 años respectivamente. Empacamos todo en el auto que teníamos y ahí vamos, saliendo todos los vecinos y familiares a despedirnos.

Los primeros días en Reynosa fueron difíciles. Entramos los 3 hermanos a una escuela del centro de la ciudad, que tenía muy buena fama, pero también muy estricta. De principio le caí mal a mi maestra, pues por todo me regañaba, hasta por bostezar, y es que todos los alumnos de mi grupo éramos citados una hora antes de la entrada del resto del plantel para poder “avanzar” más pronto y ver más temas, así que yo venía entrando a la escuela a las 6 am.

Además, había dos hechos más. Uno, que yo era de Ciudad Victoria, y en Tamaulipas es normal que exista cierta rivalidad a muerte entre ciudades. Los de Victoria no queremos ni a los de Reynosa, Matamoros, Laredo, y Tampico. Y ellos tampoco nos quieren a nosotros jajaja. Algo similar a lo que pasa entre los Chihuahuitas y los Juarenses.

Otro punto es que yo había entrado “recomendado” por un tío que trabajaba en el magisterio de no sé qué. Total que esa escuela era de las más solicitadas, y casi todos los que estaban ahí, venían desde primer año juntos, ya todos se conocían, yo era como el “negrito del arroz”. Me toco de compañera de banca una chava werilla de nombre Azenek, y atrás de nosotros se sentaban Sonia y Sergio (el hijo del director de la escuela). Poco a poco me fui ganando su confianza y nos hicimos buenos amigos los 4, que formábamos grupito para todo.

La maestra al ver las calificaciones con las que venía (puro 10) me empezó a tomar afecto y me ponía de ejemplo con los demás.

En la clase de inglés, la maestra se quedaba sorprendida de lo bien que masticaba el idioma de Shakespeare, aprendido en parte por mi afición a los videojuegos gringos.

En la clase de deportes, un día la maestra nos pidió que diéramos vueltas de calentamiento, yo me separe de mi grupito y corrí muy recio (pues traía la condición de haber corrido varias carreras de 5 Km. en Ciudad Victoria), la maestra me dijo:

- Maestra: No es necesario que corras recio, solo es calentamiento.

Pero me valió Wilson y apreté mas el paso, agarrando más velocidad.

La maestra me veía con los ojos pelones.

- Maestra: ¿Cómo es que te llamas?

- Diesel: Armani… Diesel Armani.

Y la vi que apuntaba algo en un cuaderno.

Todo empezaba a encajar. Note que no le era indiferente a Azenek, aunque a mí la que me gustaba era Sonia.

En las clases llevaba puro 10, y me estaba adaptando a la ciudad, hasta que…

Un día llegando mi padre del trabajo nos dio la noticia.

- Papá: ¿Como ven? Me trasladan a Juárez, con todo y familia, con mejor puesto, auto nuevo, estancia de dos meses en un hotel de allá y mejor sueldo.

- Todos: ¿¿Qué?? ¡Pero si acabamos de llegar aquí! No tenemos ni 4 meses.

- Papá: Pues sí, pero salió esta oportunidad, ¿Que dicen? ¿Aceptamos?

- Diesel: Pero además, allá todos son gays ¿no? (jajaja yo tenía la idea por el Juanga).

- Papá: Claro que no, además no les he comentado, nos pagan el viaje a todos… ¡En avión!

- Todos: ¡Ooohhhhh!

Y es que los mentados aparatitos voladores solamente los habíamos visto en las películas o pasando por encima de Victoria, pues en ese entonces ni aeropuerto tenía la ciudad jejeje.

Así que por mayoría de votos decidímos emprender el vuelo hacia ciudad Juárez. Solo faltaba avisar en la escuela y empacar nuestras cosas. Lo que resulto la verdad muy difícil.

En la escuela cuando se enteraron mis 3 amigos (Azenek, Sonia y Sergio) lo tomaron a mal. Aunque no me dijeron nada abiertamente, su actitud cambio conmigo. No sé si sea un síndrome o tenga un nombre, pero la actitud de ellos fue de enojo conmigo, me excluían de sus conversaciones y se notaban molestos conmigo. Como si al molestarse conmigo sentirían menos el que yo me fuera.

Las maestras ni se diga…

- Maestra: ¿¿Qué?? Pero si ya venían los concursos académicos, te iba a meter a participar! Además, allá hace mucho frio, ¿Para qué se van??

- Maestra de Inglés: WTF???!! Digo, ¿¿¿¿¿Cómo????? Si eres de los mejores en ingles ¿Cómo que te vas???

- Maestra de Educación física: ¿¿Qué?? Pero si venían los regionales, te iba a meter a atletismo.

Jajaja ahora resultaba que era el alumno soñado jajaja.

Pues al final hice las paces con mis amigos. Las maestras entendieron que era una oportunidad muy buena para mi papa. Y así, después de pasar el día en la posada escolar de diciembre y departir por última vez con mis compañeros, me despedí con un abrazo sincero de ellos, y prometí escribir una carta apenas llegara a Ciudad Juárez, algo que nunca hice y de lo que me arrepiento siempre.

EL VIAJE.

Dejamos a un tío al cuidado de nuestro departamento y de nuestros muebles en Reynosa. Todo estaba listo para el viaje. De McAllen, Texas, tomaríamos un avión que nos llevaría hasta la ciudad de Houston, y de ahí volaríamos a El Paso, Texas, ciudad fronteriza con Ciudad Juárez.

Aun no terminaba de amanecer, cuando en el aeropuerto de McAllen abordamos un avión de la aerolínea Continental. Todos estábamos nerviosos, que ya casi mejor nos quedábamos, o nos íbamos en autobús jajaja.

El avión se empezó a mover, tomo pista y… zuuuuuuuuuuumm!! ¡Hijo de la….! Yo iba sumido (sin albur) en el asiento. Dije: uh ya valió maye. Nadamas veía por la ventanita como pasaban a maye los edificios del aeropuerto, los arboles, etc. Pero te querías subir al avión, verdad we?? Pero y aún con todo esto, yo no era tonto. Vi como íbamos aun por la pista. ¿¿A poco esto era volar?? Yo los aviones que había visto en Victoria iban entre las nubes, no así por el piso.

- Diesel: ¿¿¿A poco ya esto es volar, mmmkela shing..???

Nombre, pareció que aquel we me había escuchado, y zaz! Que se empieza a levantar el avión!

E íbamos sube y sube y sube y sube.

- Diesel: Este… ps ya carnal no? Aquí nomas que anda uno de hocicón, pero ya no digo nada :S

Por fin se enderezo, y a la hora aproximadamente llegamos a la Ciudad de Houston, Texas, donde después de 2 horas estaba confirmado nuestro vuelo “enlace” para llevarnos a la ciudad de El Paso, Tx.

Mientras almorzamos algo muy rico que yo nunca había visto en mi vida, huevos (como deshidratados), unas salchichas que parecían hechas de carne molida, y papa rayada que crei escuchar (ahora lo se) que le decían “Jashbrauns” jajaja.



En el aeropuerto nos toco ver a unos tipos como de 4 a 5 metros de alto que eran jugadores de futbol americano que les tocaba ir a jugar contra los petroleros de Houston, creo eran los Jets. Rápidamente mucha gente se acerco a pedirles autógrafos. Yo la verdad a todos los ví iguales, altísimos y muy morenitos jejeje.

Después de cruzar el aeropuerto de lado a lado, lo cual nos tomo tiempo porque el aeropuerto de Houston esta enorme, abordamos el siguiente avión de la línea Continental Airlines, que nos llevaría por fin a la ultima parte de nuestro recorrido aéreo.

Despegamos y me toco con un desconocido en el asiento de al lado. Y mientras subía y subía el avión:

- Diesel: No te preocupes, ahorita se endereza esto – Ya yo bien experto jajaja -
Llegamos a El Paso, Tx. después de dos horas sin contratiempos. Y una vez abajo, buscamos un taxi que no llevara a Ciudad Juárez. Pero lo que parecía algo sencillo no fue así.

- Taxista gringo: A Juárezzz? No, yo no ir a Juárezzz.

- Taxista latino: No maestro, no voy para Juárez a estas horas.

- Padre de Diesel: Pero si no es tan noche, es peligroso?

- Taxistas: No es eso, es que la fila de regreso está muy larga y fácil me tardaría una hora en regresar.

Pero “para las pulgas de mi papá”. Fue con el encargado de los taxistas, que vino a hablar con ellos y amablemente les sugirió:

- Encargado de taxistas: Señores, están aquí para prestar un servicio, un servicio que aquí está requiriendo el caballero, si no pueden, o no quieren hacer su trabajo, vengan conmigo de una vez para darles su renuncia.

Pa pronto, que se mueve el taxista que tenía su carro hasta adelante y abrió la cajuela, para empezar a subir nuestras maletas. Ya de camino si muy amigable y platicador, jejeje pero la verdad para mí todo ese asunto fue muy tenso.
Llegamos a Juárez a un hotel llamado Lucerna, un hotel muy bonito ubicado sobre una de las avenidas principales de Ciudad Juárez, nos registramos y nos dieron la habitación 816. Y así empezó nuestro “calvario”.

Primero que nada fue conseguir una escuela, pues era diciembre, el año ya iba a la mitad del periodo escolar y en ninguna escuela nos querían aceptar. Finalmente entramos a la escuela Abraham González, turno vespertino, y eso gracias a que los tres veníamos con muy buenas calificaciones.

Pero fue difícil. No conocíamos a nadie, ya casi todos los niños de la escuela se conocían y yo me hice solitario, huraño y desconfiado. En el hotel la calefacción estaba muy fuerte, nunca habíamos visto ese aparato llamado calefacción en Tamaulipas. La elevada temperatura causaba que tuviéramos hemorragias.

Estábamos aburridos ahí en el hotel todo el día. Las únicas salidas eran a la escuela y a comer a los restaurantes cercanos, pero también eso nos aburrió, la comida. Todos los días era ir al Samborns enfrente del hotel, o dos restaurantes más llamados Chihuahua Charlies y El Degá, donde en los dos meses que estuvimos ahí le dimos vuelta a todo el menú. Pero ya se nos antojaban unos tacos, unas tortas o algo menos gourmet, cosa que no comíamos, pues mi padre le pedía a mi madre las facturas día a día al regresar del trabajo, para meterlas y que le regresaran el dinero en la compañía.

Estando así las cosas una vez me decidí a platicar con mi papá:

- Diesel: Papa?

- Papá: Si?

- Diesel: Este… pues… ya no queremos estar aquí en Juárez.

Mi papa dejo de hacer lo que estaba haciendo y se me queda viendo.

- Papá: Por qué?

- Diesel: Pues porque… No tenemos amigos, estamos aquí solos, extraño a mi abuelita, las tortillas de aquí son morenitas, no blanquitas como en Tamaulipas y… esa leche, Lucerna, no sabe a leche, sabe a pura agua :S

Se quedo pensando un rato y me dijo:

- Papá: Mira hijo, amigos los tendrás; estamos aquí solos, pero juntos; a tu abuelita la iremos a ver 3 veces por año; las tortillas aquí son amarillitas, pero es por el maíz. Y con la leche Lucerna… ps ahí sí ni cómo hacerle, si sabe a agua y se me hace que así seguirá.

Y así fue. Con el tiempo conocí buenos amigos, en especial mi mejor amigo de ese entonces llamado Fernando, con el cual viví infinidad de historias como la perdida de mi virg… ah no eso no! Jajaja es broma (pero su amistad aún conservo vía internet). Mi familia y yo Íbamos en vacaciones a ver a mi abuelita, el clima cambio y empecé a querer la ciudad. Pero justo cuando estábamos por fin acoplados y yo estaba enamorado de mi amor platónico Mayra Ramírez sucedió de nuevo.

- Papá: Pues me transfieren a Reynosa de nuevo (después de casi 7 años de vivir en Juárez).

- Diesel: Pero… como??? Si acabamos de entrar a la escuela (Yo al Tecnológico de Juárez, mi hermana a una prepa y mi hermano a una secundaria).

- Papá: Ese no es problema, tu tío Ramiro (el que nos arreglo entrar a la escuela en Reynosa la primera vez que fuimos) ya les consiguió cupo. A ti en el Tecnológico de Reynosa, a tu hermana en el CBTIS y a tu hermano en una secundaria de allá.

Ummquelachin… Yo no me quería ir. Recién empezaba a tratar a una chava llama Mayra Ramírez (de la que ya he hablado mucho en mi blog). Pero no había marcha atrás.

Empacamos nuestras cosas a los pocos días. Me despedí de mis compañeros del Tec de Juárez a los que apena empezaba a conocer y salimos una madrugada rumbo a Reynosa en nuestros dos vehículos. Yo no dejaba de voltear para atrás. Quizás sería la última vez que vería a mí querido Juárez y no deje de voltear y de escurrir lágrimas hasta que el último edificio con lucecitas se lograra apreciar a la distancia.

Llegamos a Reynosa y fue una repetición de lo que nos había pasado años antes al llegar a Juárez. Estuvimos en un hotel más o menos “nice” llamado Royal Garden, donde podíamos pedir servicio a cuarto (esto me gustaba jejeje) teníamos alberca, carros, y una estadía pagada en ese hotel por 2 meses.

Yo asistía a el recién formado Tecnológico de Reynosa, pero más bien parecía un ranchito lodoso, pues el sector era nuevo y estábamos en épocas de lluvias, por lo que la escuela si se veía medio feíta, nada que ver con el enorme Tecnológico de Juárez, con sus edificios, biblioteca, estadio de futbol, pista de atletismo, cancha de futbol americano, parque de beisbol, albercas y gimnasio techado donde llegue a practicar Judo.

Teníamos contacto con nuestros tíos y primos que viven en Reynosa, y mi ciudad natal, Ciudad Victoria, estaba a 3 horas y media. Pero, y he ahí el “pero”, yo estaba más triste que nunca. Extrañaba saber, que aunque no estuviera con Mayra, vivía en su misma ciudad, bajo el mismo cielo. Extrañaba Juárez, sus calles, su gente, su comida, todo! Mi padre se daba cuenta y trataba de distraernos organizando salidas a comer con nuestros tíos, con nuestros primos, idas a balnearios, pero era imposible, siempre estábamos con cara de awitados, no solo yo, también mis hermanos.

Además yo estaba decidido a entrar a la escuela de odontología, y en Ciudad Juárez. No me gustaban las matemáticas y había decidido que la ingeniería industrial no era para mí, así que mis horas libres o de ocio en el hotel las pasaba con un directorio telefónico, dibujando en un cuaderno los logotipos de varios consultorios dentales, y tratando de “Diseñar el mío, el que usaría cuando fuera por fin un odontólogo egresado de la UACJ” ( “Si quieres algo con todas las ganas del mundo y te enfocas en ello, se te concede” escuche alguna vez) Un día durante la cena, me decidí a hablar con Él, con mi padre, cuando estábamos ya a punto de terminar de cenar.

- Diesel: Papá…

Pero no pude continuar, mi papa se me adelanto.

- Papá: Mira Diesel, te traje este libro que me dio tu tío. Era mío cuando estaba estudiando ingeniería industrial igual que tu y me sirvió mucho, es un verdadero tesoro, así que cuídalo mucho… (se le hace un nudo en la garganta)… Quien me iba a decir que muchos años después tu lo ibas a usar también, sácale provecho mijo.

- Diesel: Pero papá…

- Papá: Se que la están pasando difícil aquí en Reynosa, y que extrañan Juárez, yo también. Pero sé que si estamos así todos juntos como familia, vamos a salir adelante, ya lo hicimos una vez, y esta vez también podremos, ya verán, hay que estar unidos.

- Diesel: (Gulp!)

- Papá: Que me ibas a preguntar Diesel?

- Diesel: Este… pues… verá…. (piensa en algo rápido!) Este… Es verdad que antes el abuelo les decía por quién votar? ( Que estás diciendo Diesel? Ese comercial saldrá hasta dentro de 14 años :S)

- Papá: Bueno… no tanto.

- Mi mamá: Si como no Diesel padre, así era.

- Diesel: Bueno, era, porque ya no… Verdad?

- Diesel Padre: No, ya no. En esta mesa de restaurant de hotel ubicado sobra el Blvd Miguel Alemán 1165, de la ciudad de Reynosa, Tamaulipas y en el país, las cosas han cambiado.

- Diesel: Que tanto han cambiado?

- Diesel Padre: Tanto, que cada quién vota por quien quiere.

- Madre: Tanto, que los hombres ayudan en la casa.

Mi falta de… valor para decirles las cosas y el no querer lastimar a mi ilusionado padre, hizo que de pronto sintiera mucha impotencia y decidí callar y seguir aguantándome el no estar en Juárez. Lo que no pude evitar fue que una lágrima de tristeza empezara a rodar por mi mejilla.

- Papá: Que te pasa Diesel, por qué lloras?

- Diesel.. Este… es que, yo digo que…. Votar? Votar pa que? Si todo va a seguir igual.

- Papá: Las cosas cambian, un mal gobierno se acaba.

- Diesel: Ay si, y eso quien lo decide??

- Papá: Nuestro voto!

- Mamá: Es como le digo a mis alumnos: “Se trata de no cansarse, de exigir, basta de criticar!”

- Diesel: Mamá, pero usted ni es maestra…

-Mamá: Ah si cierto :S

Jajaja y ya mejor dejo de parodiar los comerciales del IFE si no el post se va hacer kilométrico jajaja :P

Total que me aguante otra semana más, pero por fin, ya no pude y un día que estaba mi papa solo en su habitación trabajando, entre y le pedí hablar.

- Diesel: Papá… ya no quiero estar aquí en Reynosa…

Igual que hacía muchos años, dejo lo que estaba haciendo y volteo a verme.

- Papá: Por qué?

- Diesel: Pues… extraño Juárez, a mis amigos, el clima, las tortillas morenitas y lo peor, aquí la leche está rara, sabe a leche, no sabe a agua como la leche Lucerna (jajaja).

Contrario a lo que pensé que me diría mi padre, me dijo:

- Papá: Bueno, que le vamos a hacer. Quieres estudiar en el Tec de Juárez?

- Diesel: Pues de hecho, quiero estudiar odontología en la UACJ.

- Papá: Odontología? Y eso?

- Diesel: Pues nadamas, como que es lo que me gusta.

- Papá: Bueno, en una semana déjame arreglar todo y te mando de regreso con tu mama y con tus hermanos. Terminas el semestre en el Tec de Juárez y después haces el examen para entrar a la UACJ. Cuando ya estés instalado tu mamá y tus hermanos se regresan acá conmigo y mientras te conseguimos, no sé, una casa de asistencia para que termines allá la carrera

No lo podía creer! Mi sueño de volver se estaba cumpliendo, y más fácil de lo que había pensado inicialmente.

Lo pude creer totalmente cuando al ir pasando las dunas de Samalayuca de regreso a Juárez de noche, pude observar la luminosidad de la ciudad a lo lejos. Estaba de vuelta!

Cabe mencionar que mis hermanos y madre no regresaron a Reynosa, sino que fue mi padre quien a los 6 meses pidió su cambio de regreso a Juárez, donde aun seguimos viviendo, y queriendo esta hermosa ciudad, esta increíble ciudad que nos ha dado tanto, y que en lo personal no tengo nada malo que decir, aunque pasen las cosas que pasen, es mi ciudad, y la adoro. Y solo dios sabe si viviré pocos o muchos años, pero sean los años que sean, los quiero vivir aquí y en ningún lado más.

FIN.

Saludos!!